LD (Europa Press) El portavoz parlamentario socialista, Diego López Garrido, cree que lo que tiene que hacer Batasuna-ETA es "dejar de marear la perdiz y decir con toda claridad que está desvinculada absolutamente de la violencia". "Tiene que decir claramente que no considera que la violencia tenga ningún lugar en el juego. Eso todavía no lo ha hecho y es lo que tiene que hacer y se resuelven todos los problemas a partir de ahí", ha explicado en una entrevista concedida a Europa Press TV.
Tras reiterar la posibilidad de defender la independencia o la autodeterminación si se actúa conforme a la legalidad, llamó a que no se diga que el problema es la Ley de Partidos. "No hay un obstáculo en las leyes existentes" sino en "la posición que tienen en estos momentos los líderes de la 'izquierda abertzale', que no acaban de optar con toda claridad por las reglas del juego", ahondó.
En cuanto a la legalización, indicó que Batasuna debe "dejar claro que no tiene nada que ver con la violencia y que no es una sucesión mera de una fuerza ya ilegalizada". Pero sostuvo que es un asunto que tienen "que interpretar los jueces".
"La legalización de un partido que represente a la llamada izquierda abertzale deberá pasar por la Ley de Partidos, pero podría pasar en su caso, si existe algún problema judicial, por una decisión final de los jueces", precisó.
No obstante, López Garrido separó la "llamada normalización política" del "proceso de paz". Aunque admitió que una "posición favorable" de Batasuna "ayudaría", detalló que los dos procesos no están "mecánicamente vinculados" y son "distintos".
"Una cosa es que ETA desaparezca definitivamente y ahí hay un diálogo abierto por el Gobierno para que sea así, y otra es la vida política del País Vasco, en donde cualquiera que quiera participar tiene que cumplir la Ley de Partidos Políticos", comentó.
Es un hecho que Batasuna-ETA incumple la Ley de Partidos y ello no le impide participar, incluso predominantemente, en la vida política y social del País Vasco.
López Garrido argumentó que la actitud "que tomen determinadas fuerzas políticas" no tiene "por qué impedir que se culmine con que no vuelva a haber jamás ningún tipo de actividad terrorista".
El diputado del PSOE incidió en que existen razones para pensar "que las cosas pueden acabar bien", ya que se está "en la mejor situación de las posibles". López Garrido hizo hincapié en la necesidad de seguir "las reglas del juego". "Los problemas surgen cuando algunos líderes de la izquierda abertzale no quieren entenderlo, pero cuando lo entiendan, las cosas van a ir mucho mejor todavía", auguró.
Que resuelvan los jueces
Asimismo, restó importancia a la elevación de tono de las acusaciones que Batasuna-ETA le ha dirigido estos últimos días al PSOE. "Con determinadas declaraciones de los líderes de la llamada izquierda 'abertzale' no estamos en absoluto de acuerdo, pero aquí lo importante es que no haya violencia y ningún tipo de contrapartida política –recalcó–. Eso es lo relevante".
En su opinión, "las declaraciones no son tan importantes". "Nos interesan los hechos más que los dichos y los hechos son los que al final valen y los que en su momento juzgan los jueces cuando tienen que resolver sobre un tema que tiene que ver a lo mejor con el ejercicio de un derecho fundamental", aseveró el portavoz, para quien "en los hechos" hay "razones" para pensar "que el proceso va hacia adelante, porque además lo quiere el conjunto del pueblo español y vasco".
También llamó a que no haya tensiones y apostó por la "tranquilidad y la serenidad".
El portavoz parlamentario admitió que es "más difícil" acometer el proceso si el PP "pone obstáculos". Sin embargo, llamó a no confundir "el consenso con el veto", ya que el Gobierno cuenta con el apoyo de "muchísimos grupos" y "de la inmensa mayoría de la gente".
"En la otra balanza tenemos la dirección del PP, que pone obstáculos –indicó–. Creemos que pesa mucho más el primer lado que el otro y sería irresponsable pararlo porque haya un grupo que no le gusta".
López Garrido defendió por último que los socialistas están haciendo lo posible para los populares se sumen pero les avisó de que no tienen "mucha fuerza moral" y les atribuyó hipocresía, ya que cuando gobernaron, durante la tregua de 1998, empezaron acercando "presos" y siguieron "hablando con ETA" y llamando a la banda "Movimiento de Liberación Nacional Vasco".