(Libertad Digital) Los católicos cubanos han llamado a la reflexión de los cubanos y a la "fraterna convivencia entre todos" para que la paz no sea "perturbada por ninguna situación externa o interna" e invocaron a la Virgen de la Caridad del Cobre, la santa patrona de la isla.
Las relaciones entre la Iglesia Católica y la dictadura castrista fueron muy malas en la década de los años sesenta, cuando la jerarquía religiosa se enfrentó a las reformas socialistas y el Estado se declaró abiertamente ateo. Pero con el paso del tiempo los vínculos mejoraron e incluso el Papa Juan Pablo II visitó en 1998 la isla, donde pidió que "se abriera al mundo", en una clara alusión al pluripartidismo y la economía de mercado.
Educado en colegios religiosos y especialmente influenciado por los jesuitas, el dictador cubano Fidel Castro, quien cumplirá 80 años de edad el 13 de agosto sufrió un sangramiento intestinal y debió ser operado de urgencia. En un hecho absolutamente inusual en sus 47 años de gobierno, por eso el pasado lunes delegó temporalmente el poder en su hermano.
Aunque la presencia de Pontífice generó un auge de nuevos feligreses en las hasta entonces poco concurridas iglesias, con el paso de los años volvió a verse poca gente en los templos, pese a que muchos cubanos son bautizados.
Una buena parte de la población práctica la santería, una religión de origen africano y que sincretiza las tradiciones del continente negro con creencias católicas.
Actualmente, el enfrentamiento entre el Estado y los católicos se centra en el rechazo del primero a permitir las escuelas con educación religiosa y la autorización del aborto, considerado un pecado por los religiosos.
Esta semana y coincidiendo con lo acontecimientos de los últimos días, las parroquias reportaron un leve incremento de las personas que acudieron a rezar. Por lo menos, así sucedió el martes en la Iglesia de Santa Rita, en la residencial barriada de Miramar, según afirmó el sacerdote José Félix.
"Creo que si hay preocupación (sobre la situación) pero también tranquilidad", ha dicho el prelado cuando se le preguntó cómo evaluaba el momento en relación a sus feligreses. Hasta ahora la Iglesia había guardado silencio sobre su posición ante la salud del jefe de Estado.