España aburre hasta a las ovejas y cierra la fase de grupos con una pírrica victoria ante Arabia Saudí (0-1)

L D (Guillermo Domínguez) Como en los viejos tiempos. La selección ha vuelto a las andadas, a mostrar su peor cara ante un rival que invitaba a una goleada de escándalo. Pero nada más lejos de la realidad, pues los de Luis Aragonés han acabado incluso sufriendo para llevarse los tres puntos y cerrar el grupo H como líderes invictos, con un pleno de nueve puntos. El técnico había apostado de inicio con un once inédito, completamente distinto al que jugó ante Ucrania y Túnez. Así, salieron Cañizares en la portería; Míchel Salgado, Marchena, Juanito y Antonio López en defensa; Albelda, Cesc e Iniesta en el centro del campo; y Joaquín, Reyes y Raúl en ataque.

 

Y el experimento pareció funcionar en la primera parte, aunque a España le terminó pesando el reinante calor en Kaiserslautern y la relajación de haber logrado ya el objetivo de los octavos de final. Como no podía ser de otra manera, Raúl fue el encargado de espabilar a sus compañeros. El capitán peleó cada balón, aunque terminó topándose con una seria defensa. Hasta los 27 minutos no llegó la primera gran ocasión para los nuestros. Fue en un tiro de Albelda que el meta Zaid desvió a córner. Reyes y Joaquín, dos de los más activos en la primera mitad, lo intentaron después. Y un centro del jugador del Arsenal desde la banda izquierda, en un lanzamiento de falta, supuso el único gol del partido. Perfecto balón el que le puso el sevillano a Juanito para que el central del Betis lo rematara de forma inapelable a la escuadra izquierda de la portería rival (m.35), colocando el 0-1 en el marcador.

 

Lejos de animarse con el gol, la selección española levantó el pie del acelerador y se dedicó a contemporizar el partido, dando espacios al conjunto de Marcos Paquetá. Pero tanto Al Jaber como Aziz incurrían constantemente en el fuera de juego. Tal y como estaba previsto, Luis Aragonés quitó a Raúl en el descanso y sacó en su lugar a Villa. El delantero asturiano intentó llevar peligro a la meta rival, pero pecó en exceso de egoísmo y perdía la pelota cada vez que llegaba arriba. El Sabio de Hortaleza también dio descanso a Cesc Fábregas para sacar en su lugar a Xavi.

 

Cuando parecía que todo estaba bajo control, la selección española bajó de tal manera los brazos que casi acabó encajando el gol del empate. Sulimani, muy activo durante todo el partido, y Noor tuvieron buenas ocasiones para lograr la igualada, pero Cañizares, que hasta entonces no había tenido que intervenir, se lució para darle los tres puntos a España. Incluso el árbitro de Benín Coffi Codjia se tragó un claro penalti de Albelda a Al Harthi. Y éste tuvo otra buena oportunidad para lograr el empate en el último minuto, aunque acabó mandando el balón a las nubes cuando Cañete ya estaba prácticamente batido. Al final España acabó pidiendo la hora para vencer al que es posiblemente uno de los peores equipos de este Mundial.