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Intentan desalojar a Carmelo González en su primera noche de huelga a favor del bilingüismo en Cataluña

Carmelo González continua con la huelga de hambre que inició este viernes frente al palacio de la Generalidad. El motivo de esta protesta es reclamar el derecho de su hija a recibir educación en castellano en la comunidad catalana. Este sábado, en la cadena COPE, ha contado cómo en su primera noche, y a pesar de tener los permisos oportunos,"un juez y dos policías vestidos de paisano les indicaron que debían desalojar", pero al no contar con el "poder" para hacerlo, las autoridades decidieron "levantar un atestado en catalán". "Lo pedí en castellano pero no me lo quisieron dar", ha indicado Carmelo.

Carmelo González continua con la huelga de hambre que inició este viernes frente al palacio de la Generalidad. El motivo de esta protesta es reclamar el derecho de su hija a recibir educación en castellano en la comunidad catalana. Este sábado, en la cadena COPE, ha contado cómo en su primera noche, y a pesar de tener los permisos oportunos,"un juez y dos policías vestidos de paisano les indicaron que debían desalojar", pero al no contar con el "poder" para hacerlo, las autoridades decidieron "levantar un atestado en catalán". "Lo pedí en castellano pero no me lo quisieron dar", ha indicado Carmelo.
(Libertad Digital) Carmelo González inició este viernes una huelga de hambre frente al palacio de Generalidad para reclamar el derecho de su hija a recibir una educación en castellano en Cataluña. Este sábado en La Mañana del fin de semana de la cadena COPE ha narrado cuál ha sido su experiencia esta primera noche de reivindicación. "Han tratado de desalojarme, aunque habíamos pedido los permisos oportunos", ha indicado Carmelo. Y es que a las 3.00 de la madrugada se "presentó un juez con dos señores vestidos de paisano que se identificaron como policías y nos dijeron que teníamos q desalojar porque entre las 22.00 horas y las 7 de la mañana no se podía estar en la plaza".
 
El asesor de legal de la plataforma de la que forma parte, "En castellano también" les indicó que "teníamos todo el derecho" de estar en la plaza de Sant Jaume. También les informó que "no tenían poder para desalojarnos". Es en ese momento cuando las autoridades decidieron "levantar un atestado". El documento se lo dieron a firmar a Carmelo González, pero al estar en catalán "lo pedí en castellano" pero "no me lo quisieron dar y nos dijeron que podíamos ir a recogerlo a la comisaría". Pero éste no ha sido el único suceso ocurrido durante la noche. "Una hora después de este hecho, fueron pasando con asiduidad grupos de personas que nos insultaban en la distancia, sin intimidaciones físicas", señala Carmelo.
 
A la pregunta de si podía confirmar el insulto de "puto inmigrante español" que le profirieron alunas personas, este padre afincado en Barcelona ha contestado que "sí", pero no sólo a él sino también a "las decenas de personas que estaban allí". Carmelo González ha aclarado que "este altercado ocurrió a las 16.00 horas", estando los medios de comunicación presentes, por tanto, "está grabado, filmado". No es el único insulto que ha recibido sino que también le llegan "algunos e-mails insultantes, así como información personal y profesional con intención descalificatoria en una web de marcado signo, yo diría más que nacionalista, intolerante y xenófoba porque abundan los insultos en ese tono".
 
La concentración cuenta con el apoyo de la Fundación para la defensa de la Nación Española, el partido Convivencia Cívica Catalana, Universitarios Liberal Demócratas (ULD) o Asociación por la Tolerancia, entre otras entidades.
 
Carmelo González ha querido dejar claro que la coincidencia del inicio de su huelga de hambre con el final de campaña del referéndum del Estatuto "es casualidad, porque mi protesta nada tiene que ver con el Estatut", y ha explicado que eligió esta fecha por la inminencia del fin de curso. González quiere que su hija reciba la primera enseñanza en su lengua materna, el castellano, con la introducción progresiva del catalán, pero sin que ninguna de las dos sea excluida como lengua vehicular. La niña, alumna del CEIP 2 de Sitges (Barcelona), recibe una atención individualizada en castellano, medida con la que la Generalidad garantiza el derecho de los alumnos menores de siete años a recibir la primera enseñanza en su lengua materna.

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