"Tengo la esperanza de que en dos años estaremos muy cerca de un acuerdo definitivo. Si las voluntades políticas no se dilapidan, si se respetan los tiempos, nosotros estamos convencidos de que Euskal Herria (País Vasco, Navarra y tres provincias del sur de Francia) va a ser una nación, un Estado republicano y socialista", afirma Otegi en la entrevista, que se llevó a cabo en la ciudad de San Sebastián.
El líder de Batasuna agrega que "el proceso en general será largo, pero espero que más corto que el irlandés. Ya sabemos de lo que hay que hablar, lo que hay que resolver". Sostiene que se trata de una "oportunidad única para un cambio; para que la paz llegue y la violencia no vuelva a repetirse nunca mas".
Un Estado "agotado" y "débil"
Sobre los motivos de la declaración de alto el fuego anunciado en marzo por ETA, Otegi apunta que "la razón fundamental es que en estos momentos, tanto en el País Vasco como en el Estado español hay síntomas de claro agotamiento del modelo pos-franquista y, desde nuestro punto de vista, la lucha independentista ha llevado a la crisis a ese modelo".
"Si estamos ahora frente a esta oportunidad para la paz, es porque ha llegado el momento de hacer las cosas de otra manera", señala a la publicación mexicana.
En torno a una eventual participación de Batasuna en ese proceso apunta que "no tendríamos inconveniente en participar en un diálogo político estando en esta situación de ilegalidad, porque nuestra legalidad es de facto". La legalización de Batasuna debe darse, a juicio de Otegi, "por la sencilla razón de que si nosotros no podemos participar, entonces el proceso deja de ser multilateral y no se podrá avanzar".
Preguntado sobre si, llegado el momento, los vascos decidieran que no quieren la independencia, Otegi responde que "el pueblo habrá ganado por el hecho de haber tenido la oportunidad de determinar su destino". "El problema -añade- es que los independentistas vascos no hemos tenido ni siquiera la opción de perder, no sabemos cuánta gente estaría de acuerdo con la independencia".
En relación con el problema de las víctimas de la violencia terrorista, Otegi opina que "es evidente que hay que darles una satisfacción. ¿De qué tipo? No lo sé con certeza. Pero lo que está claro es que no pueden jugar un papel político, porque las personas que sufrieron la muerte de un familiar tienen la emotividad a flor de piel y, por lo tanto, la capacidad de raciocinio disminuye y no se pondrían nunca de acuerdo".
El problema de las víctimas, precisa Otegi, "ha de tratarse en su momento y suele ser al final del proceso y no al principio".