L D (EFE) Conocido por su inconformismo y por definirse como intelectual liberal, el académico deja una obra compuesta por una treintena de libros que empezó con un ensayo filosófico en el que anunciaba que la filosofía había muerto ("Pourquoi des philosophes?") en 1957, el mismo año que comenzó su carrera periodística.
En esa faceta profesional, trabajó desde mediados de los años 60 como editorialista del semanario L'Express, del que fue director desde 1978 hasta que dimitió en 1981. Empezó a colaborar después, y hasta muy recientemente, en otro de los principales semanarios franceses de información general, Le Point, así como con cadenas de radio como Europe 1 y RTL.
Nacido en Marsella en 1924 y llamado en realidad Jean-Francois Ricard, hizo sus estudios secundarios en Lyon y en 1943 entró en la elitista Escuela Normal Superior, donde se especializó en Filosofía. Tras la guerra, en la que se implicó en la resistencia contra la ocupación nazi de Francia, fue nombrado profesor de Filosofía primero en la ciudad de Tlemcen (1947-1948), en Argelia (entonces colonia francesa) y luego en el Instituto Francés de México (1950-1952) y en la Facultad de Letras de Florencia (1952-1956), en Italia.
De vuelta a Francia, trabajó en un gabinete ministerial y estuvo destinado de nuevo como profesor en Lille y París hasta que abandonó la universidad en 1963. Como escritor, varias de sus obras fueron galardonadas, entre ellas la titulada en español "Cómo terminan las democracias", que obtuvo los premios Aujourd'hui 1983 y Konrad Adenauer 1986, o "El conocimiento inútil" (1988), distinguida con los galardones Chateaubriand y Jean-Jacques Rousseau.
Su último gran ensayo, publicado en 2002 y también traducido al español, de nuevo abordó un tema polémico (la animadversión por EEUU) con ironía y a la contra de la mayor parte de los intelectuales franceses: "La obsesión antiamericana: dinámica, causas e incongruencias". Otro de los libros que ilustran su carácter es "El monje y el filósofo", que escribió desde su condición de ateo en un diálogo con su hijo Mathieu Ricard, budista declarado.
En esa faceta profesional, trabajó desde mediados de los años 60 como editorialista del semanario L'Express, del que fue director desde 1978 hasta que dimitió en 1981. Empezó a colaborar después, y hasta muy recientemente, en otro de los principales semanarios franceses de información general, Le Point, así como con cadenas de radio como Europe 1 y RTL.
Nacido en Marsella en 1924 y llamado en realidad Jean-Francois Ricard, hizo sus estudios secundarios en Lyon y en 1943 entró en la elitista Escuela Normal Superior, donde se especializó en Filosofía. Tras la guerra, en la que se implicó en la resistencia contra la ocupación nazi de Francia, fue nombrado profesor de Filosofía primero en la ciudad de Tlemcen (1947-1948), en Argelia (entonces colonia francesa) y luego en el Instituto Francés de México (1950-1952) y en la Facultad de Letras de Florencia (1952-1956), en Italia.
De vuelta a Francia, trabajó en un gabinete ministerial y estuvo destinado de nuevo como profesor en Lille y París hasta que abandonó la universidad en 1963. Como escritor, varias de sus obras fueron galardonadas, entre ellas la titulada en español "Cómo terminan las democracias", que obtuvo los premios Aujourd'hui 1983 y Konrad Adenauer 1986, o "El conocimiento inútil" (1988), distinguida con los galardones Chateaubriand y Jean-Jacques Rousseau.
Su último gran ensayo, publicado en 2002 y también traducido al español, de nuevo abordó un tema polémico (la animadversión por EEUU) con ironía y a la contra de la mayor parte de los intelectuales franceses: "La obsesión antiamericana: dinámica, causas e incongruencias". Otro de los libros que ilustran su carácter es "El monje y el filósofo", que escribió desde su condición de ateo en un diálogo con su hijo Mathieu Ricard, budista declarado.