LD (EFE) La factoría navarra vive este miércoles una nueva jornada de paros parciales, de dos horas por turno de trabajo, en defensa de la plataforma presentada por el comité de empresa en la negociación del convenio colectivo, que se ha prolongado durante los últimos quince meses, y están convocadas asimismo nuevas movilizaciones para el próximo viernes.
En este contexto, la dirección de la multinacional anunciaba el martes, a través del diario alemán "Handelsblatt", un traslado de producción del modelo Polo a otras factorías de la Europa del este, una decisión que tampoco este miércoles quiso ser comentada por la dirección de la fábrica pamplonesa.
El consejero de Industria de Navarra, José Javier Armendáriz, presentó el balance de la sociedad pública CEIN correspondiente a 2005 y declaró sobre Volkswagen Navarra: "estamos en una situación absolutamente crítica", que "pasa necesariamente por el acuerdo y por la firma del convenio colectivo". El consejero recordó el plazo dado por la multinacional para la firma del convenio (7 de abril) y aseveró que "parece que ese plazo y sus consecuencias negativas los únicos que nos lo hemos creído hemos sido el Gobierno".
En ese sentido, apuntó que cualquier reducción de capacidad productiva "tendrá repercusiones muy negativas para Volkswagen, para el sector y para Navarra" y subrayó que "es extremadamente triste" que, "pudiendo estar en un escenario de opciones para intentar conseguir que en Navarra se fabriquen más de 250.000 coches, tengamos que estar hablando desgraciadamente de escenarios con unas cifras de producción muy inferiores".
Por su parte, el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, también expresó su "gran preocupación" por la situación de una fábrica, que es una "punta de lanza" del tejido industrial navarro, y resaltó la repercusión que puede tener esta medida en la industria auxiliar y sus trabajadores. En este sentido, Ripa advirtió que "no podemos dormirnos en los laureles cuando las cosas nos van bien" y declaró que "probablemente, con esta autocomplacencia, esta autosatisfacción de que Navarra es la comunidad con renta per cápita con niveles más altos, tenemos que tener mucho cuidado, porque al menor cambio las cosas se pueden torcer".
En este contexto, la dirección de la multinacional anunciaba el martes, a través del diario alemán "Handelsblatt", un traslado de producción del modelo Polo a otras factorías de la Europa del este, una decisión que tampoco este miércoles quiso ser comentada por la dirección de la fábrica pamplonesa.
El consejero de Industria de Navarra, José Javier Armendáriz, presentó el balance de la sociedad pública CEIN correspondiente a 2005 y declaró sobre Volkswagen Navarra: "estamos en una situación absolutamente crítica", que "pasa necesariamente por el acuerdo y por la firma del convenio colectivo". El consejero recordó el plazo dado por la multinacional para la firma del convenio (7 de abril) y aseveró que "parece que ese plazo y sus consecuencias negativas los únicos que nos lo hemos creído hemos sido el Gobierno".
En ese sentido, apuntó que cualquier reducción de capacidad productiva "tendrá repercusiones muy negativas para Volkswagen, para el sector y para Navarra" y subrayó que "es extremadamente triste" que, "pudiendo estar en un escenario de opciones para intentar conseguir que en Navarra se fabriquen más de 250.000 coches, tengamos que estar hablando desgraciadamente de escenarios con unas cifras de producción muy inferiores".
Por su parte, el delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa, también expresó su "gran preocupación" por la situación de una fábrica, que es una "punta de lanza" del tejido industrial navarro, y resaltó la repercusión que puede tener esta medida en la industria auxiliar y sus trabajadores. En este sentido, Ripa advirtió que "no podemos dormirnos en los laureles cuando las cosas nos van bien" y declaró que "probablemente, con esta autocomplacencia, esta autosatisfacción de que Navarra es la comunidad con renta per cápita con niveles más altos, tenemos que tener mucho cuidado, porque al menor cambio las cosas se pueden torcer".
El presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz, culpó a los sindicatos de la situación creada en la factoría navarra de Volkswagen. Sanz indicó en declaraciones a la Cadena Ser que en la planta de Landaben "existe una estrategia sindical de intentar mediatizar y si no condicionar, por no decir romper, lo que ha sido una actuación loable, la unidad sindical entre UGT y CCOO".