A la cena que dio De la Vega en honor del nuevo cardenal en Roma asistieron los cardenales Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia; Ricard María Carles, arzobispo emérito de Barcelona; Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid; Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; Carlos Amigo, arzobispo de Sevilla; el presidente de la Conferencia Episcopal española, el obispo Ricardo Blázquez, y una veintena de prelados españoles. Además, acompañaron a Cañizares el ministro de Defensa, José Bono, el presidente de la Generalidad valenciana, Francisco Camps; el presidente del gobierno regional de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el alcalde Toledo, José Manuel Molina, y el secretario general del Partido Popular, Angel Acebes. En total 85 personas acudieron a la cena de gala.
López Trujillo aprovechó que estaba sentado al lado de la vicepresidenta para criticar duramente las leyes aprobadas por el Gobierno de Zapatero en material social, especialmente la que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras que De la Vega resaltaba las cualidades de monseñor Cañizares, y dijo que su elevación al cardenalato es un "acto de reconocimiento a su personalidad humana y religiosa".
La vicepresidenta subrayó el "respeto y la amistad" que ha forjado con Cañizares en estos años y manifestó que las relaciones entre España y la Santa Sede son estables y están selladas por los acuerdos de 1979, un marco que permite -dijo- una colaboración estable. Abogó para que sean más "fructíferas" y dijo que la Iglesia y el Estado tienen los mismos objetivos, el bien común". "Nos une el valor al respeto", dijo la vicepresidenta, que agregó que la Iglesia y el Gobierno de Zapatero están comprometidos con la lucha por la igualdad, la solidaridad y la justicia social.
Fernández de la Vega se refirió al viaje que Benedicto XVI tiene previsto realizar a Valencia el julio próximo y dijo que todos los españoles "están muy ilusionados".
El cardenal Cañizares agradeció la presencia de la vicepresidenta y la amplia delegación, una de las más importantes que acudieron hoy al Vaticano y afirmó que su nombramiento es "un reconocimiento" del Papa hacia España. Recordó que en el Tercer Concilio de Toledo "nació prácticamente España" y en el mismo se fraguó la unidad de sus pueblos. El cardenal abogó por "recuperar esa unidad de espíritu" y por la necesidad de que la Iglesia y el Estado unan esfuerzos en aras del bien común, de la familia, la educación y la formación integral del hombre y el respeto. Subrayó la "colaboración leal" para lograr el "rearme moral", que dijo que se está perdiendo en Occidente.