L D (EFE) En la evolución de los precios en febrero destacó el descenso del 2,9 por ciento del de bebidas alcohólicas y tabaco, debido a los cambios legislativos en materia de impuestos sobre el tabaco y a la guerra de precios a la que dio lugar. El precio del vestido y calzado también bajó el 0,9 por ciento, debido al fin de las rebajas.
El grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas bajó el 0,3 por ciento, ayudado sobre todo por el pescado fresco y congelado, que se abarató el 5,2 por ciento, y la carne de ovino, que llegó a descender el 12 por ciento, aunque subió el precio de otros componentes como la carne de ave, el pan y los aceites. También bajó el de comunicaciones, el 0,2 por ciento, y vivienda, el 0,1.
Por el contrario, el grupo más inflacionista de febrero fue el transporte, que subió el 0,7 por ciento -lo que repercutió en una décima en el índice general- sobre todo por el encarecimiento de los carburantes y lubricantes, así como de otros componentes como los servicios de mantenimiento y reparaciones, los automóviles y el transporte por ferrocarril y por carretera. La subida del de hostelería, del 0,6 por ciento, se debió al habitual aumento de primeros de año de precios en bares, restaurantes y cafeterías. También subieron vivienda y medicina (0,4 por ciento), menaje y ocio y cultura (0,3 por ciento), otros bienes y servicios (0,2) y enseñanza (0,1).
Los componentes que contribuyeron a mantener el IPC en tasas elevadas fueron los aceites, que siguieron subiendo (3,2 por ciento) o el pan (0,9 por ciento), y dentro de otras parcelas la hostelería, los carburantes o los servicios automovilísticos de reparación. El aceite, además, sigue siendo el alimento cuya subida más afecta al índice general de precios -debido a la mala cosecha del año pasado-, y registra ya un aumento interanual del 35,4 por ciento, cuatro puntos por encima de la tasa del mes pasado.
En tasas interanuales -de los últimos doce meses-, la mayor subida registrada es la de vivienda, del 7,8 por ciento, seguida del transporte (7,2 por ciento), aunque inferior a la de enero gracias al menor encarecimiento de los carburantes comparado con febrero de 2005. La hostelería se encareció el 4,5 por ciento en doce meses, seguida muy de cerca por los alimentos y bebidas no alcohólicas (4,3 por ciento), fuertemente influenciados por los precios del aceite. El grupo que mantiene una senda de descenso es el de las comunicaciones, con una bajada interanual del 1,6 por ciento gracias a la evolución de los servicios telefónicos, mientras que las bebidas alcohólicas y el tabaco ven también descender su tasa hasta medio punto, ayudados sobre todo por los descensos en este último producto.
Por comunidades autónomas, los precios bajaron el 0,1 por ciento en Cataluña y País Vasco; no variaron en Aragón, Baleares, Cantabria, Extremadura, Madrid y Navarra y aumentaron el 0,1 por ciento en Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia y La Rioja. Las más inflacionistas, con un aumento de los precios del 0,2 por ciento, fueron Andalucía, Canarias y Murcia, y el mismo aumento registraron las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Solbes dice que la inflación debería moderarse a partir de marzo
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, ha dicho que la inflación "debería moderarse" a partir de marzo y ha calculado que, si no hay "sorpresas" en el precio de la energía, el IPC se situará por debajo del 3 por ciento en la segunda mitad del año. En su opinión, estos datos corroboran la impresión de que los precios "tocaron techo" en enero, cuando alcanzaron su nivel más alto desde junio de 2001, el 4,2 por ciento.
El vicepresidente destacó que la inflación subyacente, que excluye la variación de precios de la energía y los alimentos frescos, sigue por debajo de la tasa general, lo que demuestra que no se están produciendo efectos de "segunda ronda" por el encarecimiento del petróleo. Solbes incidió en que la energía sigue siendo el elemento que distorsiona la evolución de la inflación, pues explica el treinta por ciento del incremento de los precios, muy por encima de su peso en el conjunto del consumo.