L D (Agencias) La Comisión Constitucional del Congreso y la delegación del Parlamento catalán decidió aprobar el Título Primero del Estatuto con el rechazo del PP y con reparos puntuales de ERC a los artículos que fueron modificados por la Ponencia. En concreto, los republicanos dieron su voto negativo a la enmienda pactada por CiU e ICV para cambiar el artículo 20 con el fin de sustituir la rúbrica del "derecho a morir con dignidad" por la de "derecho a vivir con dignidad el proceso de la propia muerte". Los republicanos consideraron el "eufemismo" se parece más al "título de un bolero" o a una "cita teresiana de 'Vivo sin vivir en mí'". También rechazaron los artículos sobre libre decisión de las mujeres sobre su cuerpo (41.5), etiquetado en catalán (50.4) y memoria histórica (54.1).
Con este argumento, ha explicado, el PP no apoya el Estatuto porque no quiere hacer "un viaje al pasado" ni respaldar argumentos que "alejan a los españoles entre sí", sino fomentar "la unidad y la solidaridad" pactadas en la Constitución de 1978. "Sólo hay igualdad entre los españoles si se mantiene la unidad de la nación". En palabras de Acebes, la reforma estatutaria "desborda los límites" de la Carta Magna porque, entre otras razones, introduce en el orden constitucional español "una regulación privativa sólo para Cataluña", lo que, a su juicio, significa "vulnerar la igualdad de derechos de todos los españoles".
La senda de la soberanía
El principio, ha alertado Acebes, es este Estatuto, un instrumento para el objetivo final: "Sólo a partir de la afirmación de que Cataluña es una nación, se explica la atribución a los ciudadanos catalanes de unos derechos específicos en una senda que acabará en la plena soberanía". En este escenario, según ha adelantado el dirigente popular, su partido no va "a secundar ningún baile de máscaras". Se ha referido al Estatuto como "inconstitucional", "injusto", "profundamente insolidario", "segregador" y que "levanta una frontera invisible para los españoles que no augura nada bueno para la solidaridad y divide a los españoles, eso sí, por ley".
Acebes ha centrado su argumentación en el capítulo III del Título I, sobre los derechos y deberes lingüísticos. El texto, ha explicado, "rechaza la realidad plural de Cataluña y el deseo de convivencia pacífica de los ciudadanos catalanes", ya que permite que la Generalidad intervenga en la elección de la lengua de los ciudadanos. "Es una aberración impresentable". Además, ha recordado que el catalán "no ha necesitado nunca de imposiciones para que los ciudadanos la empleen con naturalidad".
Intervencionismo, aborto, poligamia y eutanasia
También ha criticado el "sentido intervencionista impropio de una sociedad moderna" que destila el Estatuto: "quiere que la Generalitat lo controle todo y lo vea todo, lo que es una asfixia y un horror, responde a una ideología trasnochada, y en su afán fiscalizador, el Estatuto otorga a los poderes públicos la facultad de comprobar si la información que aparece en un medio de comunicación es veraz o no", en referencia al CAC.
Acebes se ha dirigido específicamente a los miembros de CiU para preguntarles si realmente van a apoyar un capítulo del Estatuto en el que se abre la puerta a "aspectos sensibles como el aborto, la eutanasia y la laicidad en Educación".