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Rubianes dice que no quería ofender a "la España democrática" cuando la mandó "a la mierda" en TV3

El actor Pepe Rubianes ha declarado ante el juez que no pretendía ofender a "la España democrática" cuando dijo: "¡Que se vaya a la mierda la puta España!" durante el programa "El Club" de TV3. La Fundación para la Defensa de la Unidad Española se querelló contra el actor, así como el presentador del programa por ultraje a la nación española y provocación al odio. Durante ese programa, también se pudo oír "Ojalá les exploten los cojones (a los españoles) y vayan al cielo sus cojones" mientras el presentador se reía.

El actor Pepe Rubianes ha declarado ante el juez que no pretendía ofender a "la España democrática" cuando dijo: "¡Que se vaya a la mierda la puta España!" durante el programa "El Club" de TV3. La Fundación para la Defensa de la Unidad Española se querelló contra el actor, así como el presentador del programa por ultraje a la nación española y provocación al odio. Durante ese programa, también se pudo oír "Ojalá les exploten los cojones (a los españoles) y vayan al cielo sus cojones" mientras el presentador se reía.
L D (EFE) Rubianes y el presentador de "El Club", Albert Om, han declarado este miércoles en el juzgado de instrucción número 5 de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona). La querella, interpuesta por la Fundación para la Defensa de la Nación Española, acusa a Rubianes de ser autor del delito de ultraje a la nación española, y considera coautor necesario al presentador, que fue quien el pasado 20 de enero entrevistó al actor con motivo de una obra teatral sobre el asesinato de Federico García Lorca que acababa de estrenar en Barcelona.

Rubianes ha argumentado que cuando hablaba, criticaba la "España negra, la de la Guerra Civil" y que no pretendía ofender a la nación española con sus comentarios. Por su parte, Albert Om ha comentado que como el programa era en directo, la entrevista no estaba preparada, y que, si no cortó a Rubianes en sus comentarios, fue porque lo que considera "un bufón, un provocador" que podría permitirse decir cosas que les están vedadas, por ejemplo, a políticos o periodistas.

Ambos han asegurado que en sus palabras no había ninguna intención de ofender a quienes defienden la unidad de España y las han desvinculado de la polémica sobre el Estatuto catalán.

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