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DISCURSO ÍNTEGRO DE EDUARDO ZAPLANA

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados fue el tercero en intervenir este sábado en la Convención Nacional del partido tras Jaime Mayor Oreja y Pío García Escudero. Su discurso puso el énfasis en el momento crucial que está viviendo España y el respaldo mayoritario a su proyecto que perciben desde la calle. Frente a esto, contrapuso la actitud de "arrinconamiento" que se les está haciendo desde el Gobierno y su insistencia en hacer de "oposición de la oposición".    

"Queridos amigos,
 
No quiero dejar para más tarde mi felicitación a Ángel Acebes por esta Convención. Por la preparación, por la organización y por el éxito que ya esta siendo. No cabe duda de que aquí se ha hecho un buen trabajo. Nos reunimos en un momento clave. A pocos días de cumplirse dos años de las elecciones del 14 de marzo y con un máximo de dos años por delante para volver a ganar las elecciones. Y les podemos enviar un mensaje creíble porque es el de un partido fuerte en sus convicciones, coherente con nuestra trayectoria y unido en nuestro compromiso en el futuro de España y de los españoles.
 
En un momento en que los españoles sienten desasosiego y preocupación por la marcha de las cosas públicas. Y tenemos que enviarles un mensaje de confianza en el futuro y en nuestras posibilidades como españoles.  Para llegar aquí, hemos tenido que superar las dificultades propias de un cambio tan dramático como el que se produjo en España en marzo de 2004. Cambio dramático, sí. Y a estas alturas cuando el día 11 se cumplirá el segundo aniversario, la democracia española sigue sin saber quiénes fueron los autores materiales y menos aún quiénes estaban detrás  de aquella masacre. Y no lo sabemos porque a Zapatero le dejó de interesar la verdad sólo tres días después, el 14 de marzo de 2004. Por eso no ha querido que el Parlamento investigue. Por eso ha cerrado la Comisión de investigación.
 
Pero os quiero decir hoy aquí que podéis tener la seguridad de que seguiremos haciendo lo que esté en nuestra mano para que se conozca la verdad, toda la verdad, a pesar de los impedimentos del Gobierno. Y lo hacemos porque es lo que nos exige la memoria de las víctimas y porque es lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles. Porque nosotros no hemos perdido el contacto con los españoles,  y no hemos perdido en ningún momento el pulso directo de la calle.
 
Dos años difíciles y el apoyo de los ciudadanos
 
Las encuestas no hacen sino confirmar el apoyo de los que confiaron en nosotros en el año 2004 y el de un número creciente de españoles que comprueban día a día que este no es el Gobierno que España se merece. Sabemos muy bien, lo sabéis todos y cada uno de vosotros en vuestras provincias, que somos el referente de una sociedad más movilizada que nunca. Una sociedad que reclama, con fuerza e intensidad, ser escuchada.
 
Estos dos años no han sido fáciles. Hemos tenido que lidiar con unos adversarios que hasta ahora se han dedicado casi en exclusiva a actuar como oposición de la oposición, a procurar arrinconarnos y a tratar de aislarnos política y socialmente. Si hasta ahora ha sido así, estoy convencido de que esto no ha hecho más que empezar. A medida que se aproximen las elecciones y las posibilidades electorales de los socialistas sigan cayendo, serán capaces de cualquier cosa. No creáis que lo hemos visto todo.
 
Pero nosotros, precisamente por eso a lo nuestro, que es lo que mejor resultado nos ha dado siempre. A defender nuestros principios; a cumplir nuestros compromisos electorales; a denunciar lo mucho que hace mal este gobierno; y a ofrecer a los españoles, en todo momento, una alternativa fiable dispuesta a hacerse cargo del gobierno. Nos dirán que estamos aislados y seguirán planteando una tras otra, iniciativas que no puede votar nadie sensato, con la intención de que nosotros no las votemos y así poder decir que estamos solos.
 
Es "suicida" permanecer "en el pasado"
 
Allá ellos. Pero por ello, porque realizan esa estrategia, no dejaremos de denunciar, por ejemplo, que es suicida para un país estar permanentemente en el pasado. Que es suicida que en España el centro del debate parlamentario sea la guerra civil. Un día, los fusilados de un bando; otro día, el Castillo de Montjuic; y ayer que la bandera republicana ondee en los edificios públicos. Así no se hace un país y así no se construye futuro.
 
Nosotros seguiremos diciendo que mientras andemos enzarzados en viejos pleitos ya superados estaremos perdiendo oportunidades en un mundo en el que los demás países se esfuerzan en ser más competitivos. No vamos a hacer dejación de nuestra responsabilidad. Tampoco vamos a dejar que sean  nuestros adversarios  los que digan qué es lo que nos conviene, o cómo tenemos que ser o actuar.  No vamos dejar, ni muchos menos, que sean los radicales los que nos digan si somos o no demócratas, si somos  o no centristas.  A estas alturas, Pepiño Blanco no da ninguna credencial. Y yo no se lo acepto. Las credenciales las lleva cada uno en su biografía.
 
La estrategia de Zapatero es muy clara. Quiere hacer de nosotros un partido prescindible,  sin posibilidades de gobernar. Quiere de nosotros un partido que acepte con resignación los cambios de las reglas de juego que ha puesto en marcha de la mano de los radicales y sin mandato de nadie.
 
Un Estado "fuerte"
 
A veces da la impresión de que después de muchos años de caminar juntos, con aciertos y errores, los españoles hubiéramos decidido ir cada uno por su  lado. Sin embargo, en este partido sabemos que hay una mayoría de españoles que queremos continuar con un Estado viable; que afirmamos rotundamente que el proyecto nacional de España no está agotado.
 
Os lo dice alguien que no sólo cree en el Estado Autonómico, sino que como presidente de la Generalitat Valenciana creo haber demostrado que el progreso real de una comunidad autónoma depende de las buenas políticas  y no del victimismo de los nacionalistas. Porque creemos en el Estado Autonómico, tenemos que decir que si no hay Estado la autonomía no existe; que las autonomías necesitan un Estado viable que las sustente y  las cohesione. Es más, afirmo que en España el Estado nacional es el mejor marco para la defensa de los derechos y las libertades individuales.
 
Sólo un Estado capaz y con prestigio podrá defender internacionalmente a España en la Unión Europea y en los foros internacionales. Sólo un Estado fuerte, y no 17 comunidades cada una por su lado, puede hacer con éxito las reformas que cualquier sociedad necesita en un mundo que cambia permanentemente. No caigamos en los errores que vemos que ya han cometido otros países. Los alemanes se han dado cuenta  y los están corrigiendo. No pensemos que sólo se puede avanzar en una dirección; No es verdad que sólo cabe el debilitamiento del Estado.
 
Es el momento de decir con claridad dos cosas: que el proceso autonómico no puede estar indefinidamente abierto y por eso están llenas de sentido las voces, muy autorizadas, que reclaman que se fijen con claridad las competencias del Estado. Que quienes no representan más que una parte minoritaria en su comunidad autónoma, sin sentirse solidarios con el conjunto de España, o incluso negando su existencia, no pueden ser los que condicionen permanentemente la política del Gobierno de España.
 
La política del cambio en positivo
 
La gran mayoría de los que estamos aquí hemos asumido responsabilidades políticas en los años en que José Mª Aznar ha dirigido el Partido Popular y el Gobierno de España. Muchos habéis seguido gobernando con el Partido Popular, en Comunidades Autónomas, Ayuntamientos o Diputaciones. Todos tenemos motivos más que sobrados para confiar en la bondad de nuestras ideas, para estar orgullosos de nuestra labor de gobierno.Hace muy pocos días se presentaba un libro sólo con cifras y datos, para reflejar el impacto en la vida de los españoles de la política del Partido Popular. Ayer el Presidente Aznar os habló de él.
 
Os aconsejo que lo leáis con atención y que sin ningún ejercicio de nostalgia os preguntéis, si es esa política centrista que ha hecho posible ese balance la que conviene a los españoles. Si es o no centrista una política que ha permitido crear 5 millones de puestos de trabajo; la que ha permitido que la Seguridad Social pase de la bancarrota a garantizar las pensiones por ley; la que ha duplicado la riqueza de las familias; la que ha multiplicado el número de autovías, autopistas y de ferrocarriles de alta velocidad. La política que ha conseguido todo esto bajando los impuestos. Es nuestra política, la que hemos hecho y la que mayor prosperidad ha traído a nuestro país.
 
Hay quien quiere reescribir la historia y que olvidemos estos datos, que son nuestro principal activo para volver a ganar las elecciones, como si nunca hubieran existido. Pero esos datos existen y son incontestables. Son nuestro principal activo para volver a ganar las elecciones. Porque son fruto de la política que hemos hecho, de la política nuestro partido. Y os digo que esa no es la política del pasado, es la política del éxito. Es la política del cambio en positivo; del cambio para mejorar; del cambio que no perjudica la posición de España; del cambio que hicimos posible todos los que estamos aquí.
 
Los nacionalistas como "coartada"
 
Durante estos dos años, en la oposición, el Grupo Parlamentario Popular, todos y cada uno de los diputados que lo forman,  con Mariano Rajoy a la cabeza hemos defendido aquello por lo que nos votaron 10 millones de españoles. En estos dos años, no hemos dejado de realizar propuestas, de ofrecer acuerdos en los grandes temas nacionales. Desde el primer día Mariano Rajoy le dejó claro a Rodríguez Zapatero que no tenía necesidad de ser rehén de nacionalismos minoritarios.  Zapatero, sin embargo, se ha empeñado  en aliarse con ellos. Podría parecer que dada su  minoría parlamentaria trata de  hacer de la necesidad virtud.
 
Mi opinión es que Zapatero usa a los nacionalistas como coartada para acometer los cambios radicales que quiere poner en marcha sin contar con los españoles y sin su mandato. En este diseño suicida, el Partido Popular es el único impedimento para que Zapatero pueda lograr sus objetivos. Imaginaos por un momento que nos hubiésemos plegado. Imaginaos que por debilidad, por complejo, por miedo a no ser entendidos o porque nos asustara quedarnos solos, hubiésemos cedido a pactar con Zapatero su proyecto de ruptura.
 
O simplemente que dijéramos que no con la boca pequeña y como pidiendo perdón por miedo a que nos digan que no somos suficientemente demócratas. ¿Cuál sería la razón de ser de nuestro partido si dejásemos de ser la referencia para millones de españoles, también muchos de los que votaron a los socialistas, que están en desacuerdo con lo que hace el Gobierno?  ¿Os imagináis qué pasaría en España si nos hubiésemos avenido a esto, si como piden algunos bajásemos el listón?
 
Pasaría que los españoles que son discriminados y perseguidos por utilizar el castellano no tendrían la referencia de alguien que lucha y luchará  por sus derechos y por sus libertades. Pasaría que no habría nadie en España diciendo en voz alta a los españoles todos somos iguales en derechos y deberes e iguales ante la ley. Pasaría que los españoles tendrían que renunciar a la derrota de ETA. Tendrían que renunciar a que los demócratas seamos los vencedores de una lucha en la que nos hemos dejado muchos amigos y muchos compatriotas. Pasaría que las víctimas del terrorismo se sentirían solas. Pasaría que en nuestra economía el Gobierno actuaría con total impunidad si no denunciaramos las cosas que hacen como en las repúblicas bananeras. Y, sobre todo, pasaría que muchos millones de españoles, ya más  que los que nos votaron el 14 de marzo, no vería en nosotros la alternativa capaz  de un relevo de Gobierno. 
 
La garantía: Mariano Rajoy
 
Tened la seguridad de que tenemos la mejor garantía para que esto no pase, para responder con firmeza a lo que los españoles esperan de nosotros. Y esa garantía se llama Mariano Rajoy. Mariano Rajoy está liderando un proyecto en el que día a día conseguimos que más españoles se unan y confíen en nosotros. Nuestro reto permanente es precisamente el que estamos haciendo: transmitirles la seguridad, de que sabemos enfrentar sus problemas para ofrecerles el futuro mejor del que estamos hablando en esta Convención.
 
Para mirar al pasado ya están los socialistas y sus socios. Si quieren reescribir la historia no es por otra cosa sino porque no tienen proyecto de futuro. Hay una mayoría de españoles que quieren un país normal, moderno, sin complejos. Con ciudadanos que aspiran a mejorar su bienestar, a ampliar sus espacios de libertad; con empresas que compiten en el exterior y ganan. Por eso hay una mayoría que ya respalda al Partido Popular y a Mariano Rajoy. Mariano, todos los que estamos aquí, y muchos más que no están, estamos trabajando para que en dos años como máximo seas el próximo Presidente de Gobierno y estamos seguros de que contigo lo vamos a conseguir. Muchas gracias.

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