L D (Agencias) La explosión se registró pasadas las 15.15 horas, después de que los agentes de la Ertzaintza localizaran en la empresa Barrenechea Goiri y Cia, una mochila en la que podía leerse un cartel que rezaba "peligro bomba". Un comunicante anónimo había avisado con anterioridad al diario Gara de que se había colocado un explosivo junto a la empresa, dedicada a la fabricación de embalajes metálicos y situada en el Polígono Santa Ana de Bolueta.
La empresa afectada se dedica a los envases y embalajes, y está citada en el Zutabe (boletín interno) de ETA por no someterse al chantaje económico de la organización terrorista, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
La empresa afectada se dedica a los envases y embalajes, y está citada en el Zutabe (boletín interno) de ETA por no someterse al chantaje económico de la organización terrorista, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
Durante el tiempo en que la Ertzaintza mantuvo el cordón policial en torno a la empresa, se cortó también la circulación del metro y de algunas de las carreteras próximas al polígono industrial. La Ertzaintza levantó un primer cordón policial en torno a la empresa, aunque una hora después mantenía un segundo cordón de seguridad a unos 500 metros de las instalaciones afectadas por la explosión. La bomba estaba colocada, al parecer, en el descansillo de un entreplanta y la deflagración afectó al techo y a la fachada de la compañía, que tiene un boquete en la parte frontal, así como al coche de un trabajador, sobre el que cayó un tabique. De los 49 empleados que trabajaban en la empresa, 17 se encontraban en el momento en el que avisaron de la colocación del artefacto explosivo y tuvieron que ser desalojados.
Entre cinco y siete kilos de cloratita
El artefacto estaba compuesto por entre cinco y siete kilos de cloratita, preparados para activarse con un temporizador, según confirmaron fuentes del Departamento de Interior a Europa Press. Las mismas fuentes precisaron que la bomba explotó a las tres y cuarto de la tarde, hora para la que estaba programada, y que los daños ocasionados en la empresa han sido muy cuantiosos.
Según relataron varios trabajadores, la mochila estaba colocada en un descansillo de una entreplanta e indicaron que "cualquiera" ha podido entrar en la empresa, ya que habitualmente no está cerrada y no hay "control" de entradas y salidas. Precisamente, uno de los empleados explicó que sobre las dos y cuarto o dos y veinte vio a un chico subir con un paquete hacia la parte de arriba pero, según agregó, no le "ninguna importancia", ya que es habitual la presencia de mensajeros en la empresa.
Según indicaron los trabajadores, la mochila había sido colocada en las escaleras, junto a las oficinas, donde en el momento de la explosión no había nadie, ya que los empleados fueron desalojados tras recibirse el aviso. Los trabajadores que se acercaron hasta el lugar tras oír la explosión manifestaron su repulsa e "incomprensión" ante este tipo de acciones e incluso algunos de ellos expresaron su temor por su futuro laboral. "No sabemos si vamos a seguir trabajando o nos echaran a la calle", añadieron.
El ataque contra esta empresa se ha producido seis días después de que ETA atentara contra otra empresa situada en una zona industrial de Trapagarán, también cercana a Bilbao. El pasado 1 de febrero, ETA colocó un artefacto de gran potencia en la sede central de Correos de Etxebarri, en Vizcaya, cuyas instalaciones distan poco menos de un kilómetro del lugar en el que hoy estalló la bomba. Se trata de la novena bomba que pone ETA en los dos meses que llevamos de año.