(Libertad Digital) En declaraciones a la Cadena COPE, María Jesús González, la madre de Irene Villa, vicepresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, ha confirmado las palabras que le dirigió el presidente del Gobierno: "Cuando le dije que se pusiera en mi lugar, me dijo: 'Estoy ya en tu lugar porque a mí me han matado a mi abuelo'".
También en declaraciones a Onda Cero, la madre de Irene Villa se preguntó: "¿Cómo se puede comparar un abuelo al que matan en la guerra, cuando hay dos bandos que se matan los unos a los otros? Que me digan eso a nosotros, que no estamos en guerra y que no hemos matado a nadie... Esa fue la comparación que a mí me dejó de piedra". Según el relato de González, vicepresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, después de esa afirmación del presidente, "él trató de justificarse" afirmando que "su abuela se quedó muy sola y que a él le daba mucha pena porque no llegó a conocer a su abuelo". "Ese odio que siente hacia la gente y hacia todo en general, por la muerte de su abuelo, no sé como se lo ha podido inyectar. Eso le pasa porque no ha aparecido su abuelo".
La carta abierta de Rosa Díez
Mientras tanto, la eurodiputada socialista Rosa Díez, en una carta abierta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que publica El Mundo, acusa a dirigentes del Partido Socialista de Euskadi (PSE) de equiparar a las víctimas con los verdugos en el proceso para la paz en el País Vasco.
Díez critica unas declaraciones de José Antonio Pastor, secretario general del PSE en Vizcaya y portavoz del partido en el Parlamento vasco, publicadas el 5 de febrero en el diario proetarra Gara. En ellas, Pastor dijo que "hay que pedirles una cierta dosis de generosidad, a ambos sectores que, si se quiere, los personalizamos en las víctimas y en los presos de la banda terrorista ETA que, de una forma u otra, en función de las circunstancias de cada uno y a lo largo del tiempo, deberán ir reintegrándose con cierta normalidad a la vida política". También señaló que "es muy difícil conjugar dos mundos que han estado tan apartados" y remató diciendo que "es cierto que a las víctimas hay que escucharlas y tenerlas en cuenta a la hora de aplicar estas políticas, pero no pueden convertirse en un agente político activo en un proceso de paz".
La eurodiputada, dirigiéndose al jefe del Ejecutivo, dice que le "resulta imposible de aceptar" que un dirigente de su partido "equipare a las víctimas con los verdugos y que se diga, hablando de ellos, que 'son dos mundos que han estado apartados', como si lo hubieran estado por una decisión tomada voluntariamente por cada uno de ellos y fueran igualmente responsables". Para Díez, "negarles a las víctimas su capacidad para ser agentes políticos, a la vez que se reconoce a los verdugos su derecho a reintegrarse en la vida política, requiere una dosis de responsabilidad o de falta de lógica democrática difícilmente superables".
Extremo sobre el que se dirige a Zapatero diciéndole: "No me cabe en la cabeza, no me puedo creer que compartas esta reflexión de los actuales dirigentes del Partido Socialista en Euskadi". La eurodiputada menciona también otra entrevista del dirigente socialista Patxi López en Gara, en la que, según Díez, éste "no negaba la posibilidad de un futuro acuerdo del Gobierno con Batasuna". Sobre este punto, critica el "relativismo" con el que López trata a "la gente que ha sufrido la persecución o zarpazos del terror. No es moralmente aceptable", subraya.
Díez añade una posdata en su carta a Zapatero en la que explica que había dudado en hacer pública esta misiva, pero confiesa que la dio a conocer después de haber leído que "un grupo de parlamentarias del PSE, con conocimiento de la dirección del partido, negocia con Batasuna un documento sobre eso que se ha dado en llamar 'el proceso de paz'". La eurodiputada concluye que negociar con Batasuna es aceptar lo que pide ETA y recuerda al presidente del Gobierno que las víctimas no van a permitir que "se construya un escenario en el que nuestros propios compañeros traicionen lo más sagrado" porque, apunta, "no nos han matado para esto".