LD (EFE) En una entrevista concedida al periódico británico The Guardian, Christophe Chaboud, director de la unidad de coordinación de la lucha antiterrorista de Francia,, acusó a la Policía del Reino Unido de "mirar para otro lado" durante años mientras el clérigo radical Abú Hamza difundía la "yihad" o guerra santa.
Abú Hamza, finalmente condenado a siete años de cárcel por incitación al asesinato y al odio racial por un tribunal británico, estuvo en el punto de mira de la policía en 1999 por su supuesta participación en complots terroristas en el Yemen, sin que se formularan entonces cargos contra él.
Hamza, de 47 años, estuvo al frente de la londinense mezquita de Finsbury Park, considerada un semillero de terroristas. Desde allí envió a jóvenes radicales a Afganistán para su entrenamiento en tácticas terroristas. Sólo en 2003, el entonces comisario jefe de la Policía Metropolitana, Sir John Stenvens, decidió poner fin a esa situación con una gran redada en la que estuvieron involucrados más de mil funcionarios y se practicaron varias detenciones.
En la mezquita se descubrió un auténtico arsenal de armas destinadas a aturdir a la víctima, esposas, equipo militar de radio, trajes de combate, "walkie-talkies" y mapas, que, según la Policía, podía haberse utilizado en campos de entrenamiento de terroristas en suelo británico.
El responsable francés explica al periódico londinense que los servicios de seguridad de su país estaban tan preocupados por las actividades del imán y la supuesta pasividad de la policía británica que enviaron a sus propios agentes en misiones clandestinas a la mezquita londinense.