L D (Agencias) En unas declaraciones realizadas en un programa de Antena 3, Jesús Caldera explicó que, en la mesa de negociación para la reforma laboral, el Gobierno ha propuesto generalizar el contrato de fomento del empleo (con una indemnización de 33 días por despido, frente a los 45 del contrato fijo ordinario) para conseguir que haya "cinco millones de personas con más derechos, no con menos".
El objetivo del Gobierno es "no sólo no abaratar el despido, sino incrementar la protección de los trabajadores" porque hay cinco millones de personas "con contratos precarios que no tienen ninguna garantía" y cuando su contrato acaba, "nadie les paga nada, no tienen coste de despido, ni protección jurisdiccional" que determine si ese despido es objetivo o procedente. Por eso, insistió Caldera, "en España no hay un problema de despido, sino de combinar flexibilidad y seguridad".
La intención del Ejecutivo en la mesa de esta reforma es defender los derechos de los trabajadores pero también "hacerlo compatible con unos mecanismos de seguridad suficientes cuando una empresa tiene problemas". Respecto a la posibilidad de que la negociación finalice con acuerdo, el ministro dijo que "en poco tiempo" se podrá cerrar un pacto con los interlocutores sociales para corregir esa precariedad, y "soy prudentemente optimista", precisó. Sobre la evolución del empleo en 2006, pronosticó que "sin ninguna duda va a continuar aumentando", al igual que el crecimiento económico.
Caldera también se refirió a la mesa de protección social (en la que se negocia la reforma de las pensiones) y recordó que, aunque los pensionistas tienen por ley garantizado el mantenimiento del poder adquisitivo, la intención del Gobierno, "por justicia social", es mejorar las pensiones progresivamente. Por eso, en esa mesa de negociación, avanzó, el Gobierno ha propuesto "que los sistemas de cotización garanticen una mejor pensión en el futuro". "Hoy las pensiones son bajas pero las que se van reconociendo son muy superiores a las de hace veinte años y lo que queremos es que dentro de diez años, las pensiones en España sean iguales, como mínimo, que las mejores europeas", manifestó Caldera.
El objetivo del Gobierno es "no sólo no abaratar el despido, sino incrementar la protección de los trabajadores" porque hay cinco millones de personas "con contratos precarios que no tienen ninguna garantía" y cuando su contrato acaba, "nadie les paga nada, no tienen coste de despido, ni protección jurisdiccional" que determine si ese despido es objetivo o procedente. Por eso, insistió Caldera, "en España no hay un problema de despido, sino de combinar flexibilidad y seguridad".
La intención del Ejecutivo en la mesa de esta reforma es defender los derechos de los trabajadores pero también "hacerlo compatible con unos mecanismos de seguridad suficientes cuando una empresa tiene problemas". Respecto a la posibilidad de que la negociación finalice con acuerdo, el ministro dijo que "en poco tiempo" se podrá cerrar un pacto con los interlocutores sociales para corregir esa precariedad, y "soy prudentemente optimista", precisó. Sobre la evolución del empleo en 2006, pronosticó que "sin ninguna duda va a continuar aumentando", al igual que el crecimiento económico.
Caldera también se refirió a la mesa de protección social (en la que se negocia la reforma de las pensiones) y recordó que, aunque los pensionistas tienen por ley garantizado el mantenimiento del poder adquisitivo, la intención del Gobierno, "por justicia social", es mejorar las pensiones progresivamente. Por eso, en esa mesa de negociación, avanzó, el Gobierno ha propuesto "que los sistemas de cotización garanticen una mejor pensión en el futuro". "Hoy las pensiones son bajas pero las que se van reconociendo son muy superiores a las de hace veinte años y lo que queremos es que dentro de diez años, las pensiones en España sean iguales, como mínimo, que las mejores europeas", manifestó Caldera.