L D (EFE) A la espera del partido de este viernes entre el suizo Roger Federer y el alemán Nicolas Kiefer, del que saldrá el rival del chipriota en la final, Baghdatis dispondrá de dos días y medio para reponerse del esfuerzo. Con sólo seis participaciones en torneos del Grand Slam , Baghdatis, de 20 años, ha logrado ya lo que para muchos supone un imposible en toda una carrera, y ha impedido que Nalbandian se convirtiera en el segundo argentino en lograr la final de este abierto, desde que el mítico Guillermo Vilas lograse aquí su segundo triunfo en 1979.
Baghdatis, número 54 del mundo, besaba la pista central tras conectar su ace número 15 con el que cerró este triunfo, mientras los seguidores chipriotas que no habían dejado de apoyarle, punto tras punto durante las casi tres horas y media, festejaban en las gradas con la misma emoción que cuando Grecia se proclamó campeona en la Eurocopa de Portugal en el 2004.
La Rod Laver Arena se pareció más al estadio de La Luz en Lisboa que a la mítica pista de Melbourne Park. El chipriota, campeón júnior de este torneo en 2003, lo consiguió de forma épica, levantando dos sets, de forma parecida a como doblegó al estadounidense Andy Roddick en cuatro mangas. Pero además Nalbandian dispuso de ventaja de 2-0 en el quinto que vio esfumarse ante el empuje de la mejor y única raqueta importante de Chipre, un país que tiene ya en Marcos su mejor estandarte. De haber ganado, Nalbandian habría amanecido el lunes próximo como tercer jugador del mundo, que habría sido su mejor clasificación en la lista de la ATP.
Baghdatis, número 54 del mundo, besaba la pista central tras conectar su ace número 15 con el que cerró este triunfo, mientras los seguidores chipriotas que no habían dejado de apoyarle, punto tras punto durante las casi tres horas y media, festejaban en las gradas con la misma emoción que cuando Grecia se proclamó campeona en la Eurocopa de Portugal en el 2004.
La Rod Laver Arena se pareció más al estadio de La Luz en Lisboa que a la mítica pista de Melbourne Park. El chipriota, campeón júnior de este torneo en 2003, lo consiguió de forma épica, levantando dos sets, de forma parecida a como doblegó al estadounidense Andy Roddick en cuatro mangas. Pero además Nalbandian dispuso de ventaja de 2-0 en el quinto que vio esfumarse ante el empuje de la mejor y única raqueta importante de Chipre, un país que tiene ya en Marcos su mejor estandarte. De haber ganado, Nalbandian habría amanecido el lunes próximo como tercer jugador del mundo, que habría sido su mejor clasificación en la lista de la ATP.