L D (EFE) Tras ver sangrar al asistente Egido Rozas, Megía Dávila se dirigió de inmediato a los jugadores y les indicó que se retiraran a los vestuarios, mientras algunos futbolistas se enzarzaban en una discusión. Varios minutos después se anunció por la megafonía del estadio que el encuentro había sido suspendido de manera definitiva.
El partido se había calentado después de que el colegiado expulsara a los 8 minutos de partido al valencianista Carlos Marchena con roja directa. El público se mostró muy disconforme con la actuación del árbitro durante toda la primera mitad y fueron continuas sus protestas.
Ahora será el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) quien tenga la última palabra. De momento, se reunirá este jueves con carácter de urgencia para tomar una decisión. Competición puede decidir que el encuentro se reanude en los próximos días o, por el contrario, podría dar por ganada la eliminatoria al Deportivo y aplicar una dura sanción al Valencia.
Protestas en los aledaños de Mestalla tras la suspensión
Entretanto, varios miles de seguidores del Valencia se congregaban a la salida del estadio de Mestalla para protestar con cánticos e insultos hacia el colegiado Mégia Dávila por su decisión de suspender el partido ante el Deportivo. La afición protestó ruidosamente cuando se comunicó oficialmente la suspensión, ya que una gran mayoría no se dio cuenta de que el partido había acabado antes de tiempo al creer que había finalizado la primera mitad.
Una vez los aficionados fueron desalojando Mestalla, millares de ellos se concentraron frente a la fachada principal del estadio e increparon al colegiado, el cual había sido ya muy protestado por su actuación durante el encuentro. Al grito de "Fuera, fuera" y "manos arriba esto es un atraco" los seguidores mostraban su disconformidad tanto con la actuación del árbitro como por su decisión de suspender el partido.