L D (EFE) El conjunto de Dusan Vujosevic es un nido de jóvenes que esperan el futuro con ilusión y, en algunos casos, grandes expectativas. Son jugadores que confían en su baloncesto hasta el final. Tienen calidad y descaro y, pese a estar en el furgón de cola del grupo, debido sobre todo a la falta de experiencia, saben jugar y saben ganar. El Madrid volvió a salir sin tensión al parqué. Mezcló una defensa blanda y permisiva con un ataque anárquico y los serbios, liderados por Dejan Milojevic y Kosta Perovic, tomaron posesión de las zonas y aprovecharon los espacios que encontraron los hombres exteriores para sacar los colores al equipo de su compatriota Bozidar Maljkovic.
El campeón ACB firmó un primer cuarto muy deficiente. Al desconcierto ofensivo y la escasa producción anotadora que éste le originó se sumó el acierto del Partizan, que lanzó casi como en las ruedas de entrenamiento. Los jugadores serbios siempre tienen buena muñeca y, cuando disponen de tanta libertad, aún más. Por eso, el Madrid terminó el periodo a diez puntos (12-22) y, nada más empezar el segundo corte, encajó la máxima desventaja del choque (12-24). Ni siquiera el estadounidense Louis Bullock podía sobreponerse al desajuste atacante blanco.
El Madrid, Maljkovic en definitiva, encontró la forma de detener la hemorragia en Eduardo Hernández Sonseca, un jugador que pide a gritos más minutos. El pívot canterano dio consistencia interior, vió aro con facilidad y coincidió con los típicos zarpazos del belga Axel Hervelle, abonado a anotar triples balsámicos pese a no ser un especialista. Así empezó a levantar cabeza el bloque madrileño. Un parcial de 8-1 dejó el marcador en 35-40 en el descanso. A los tres minutos de la reanudación, la mejoría defensiva y una circulación de balón más coherente permitieron que Igor Rakocevic igualara el resultado desde los 6,25 (43-43). El Madrid cogió carrerilla y Hervelle siguió incansable para darle el primer respiro de la noche a los suyos (48-43).
Pasó como una exhalación. El Partizan siguió entero. Devolvió el golpe en una buena serie que le devolvió la delantera (50-56) con contratiempo importante: la cuarta personal de uno de sus puntales, Perovic. El control del rebote y el diez de dieciséis en triples que llevaba en esos momentos le cubrían las espaldas mientras el Madrid seguía buscándose a si mismo en muchos instantes.
Bullock y Hernández Sonseca le abrieron camino, sin embargo, para remontar de nuevo (60-58 m.30). Rakocevic golpeó de nuevo en la primera posesión del último cuarto (63-58). Perovic, Nikola Pekovic y Predrag Suput tenían cuatro faltas. Ocho puntos más del internacional 'plavi' del Real Madrid y un triple más de Bullock (71-58) terminaron por fin con la resistencia del cuadro nacido en la fortaleza de Kalegmedan, en la confluencia de los rios Sava y Danubio, cuna del baloncesto en la antigua Yugoslavia hace muchos años, muchos más de los que los jóvenes del Partizan necesitan para hacerse un nombre en Europa.
El campeón ACB firmó un primer cuarto muy deficiente. Al desconcierto ofensivo y la escasa producción anotadora que éste le originó se sumó el acierto del Partizan, que lanzó casi como en las ruedas de entrenamiento. Los jugadores serbios siempre tienen buena muñeca y, cuando disponen de tanta libertad, aún más. Por eso, el Madrid terminó el periodo a diez puntos (12-22) y, nada más empezar el segundo corte, encajó la máxima desventaja del choque (12-24). Ni siquiera el estadounidense Louis Bullock podía sobreponerse al desajuste atacante blanco.
El Madrid, Maljkovic en definitiva, encontró la forma de detener la hemorragia en Eduardo Hernández Sonseca, un jugador que pide a gritos más minutos. El pívot canterano dio consistencia interior, vió aro con facilidad y coincidió con los típicos zarpazos del belga Axel Hervelle, abonado a anotar triples balsámicos pese a no ser un especialista. Así empezó a levantar cabeza el bloque madrileño. Un parcial de 8-1 dejó el marcador en 35-40 en el descanso. A los tres minutos de la reanudación, la mejoría defensiva y una circulación de balón más coherente permitieron que Igor Rakocevic igualara el resultado desde los 6,25 (43-43). El Madrid cogió carrerilla y Hervelle siguió incansable para darle el primer respiro de la noche a los suyos (48-43).
Pasó como una exhalación. El Partizan siguió entero. Devolvió el golpe en una buena serie que le devolvió la delantera (50-56) con contratiempo importante: la cuarta personal de uno de sus puntales, Perovic. El control del rebote y el diez de dieciséis en triples que llevaba en esos momentos le cubrían las espaldas mientras el Madrid seguía buscándose a si mismo en muchos instantes.
Bullock y Hernández Sonseca le abrieron camino, sin embargo, para remontar de nuevo (60-58 m.30). Rakocevic golpeó de nuevo en la primera posesión del último cuarto (63-58). Perovic, Nikola Pekovic y Predrag Suput tenían cuatro faltas. Ocho puntos más del internacional 'plavi' del Real Madrid y un triple más de Bullock (71-58) terminaron por fin con la resistencia del cuadro nacido en la fortaleza de Kalegmedan, en la confluencia de los rios Sava y Danubio, cuna del baloncesto en la antigua Yugoslavia hace muchos años, muchos más de los que los jóvenes del Partizan necesitan para hacerse un nombre en Europa.