(Libertad Digital) Ocurrió, según relata El Heraldo de Aragón, el 10 de diciembre de 2005. Un Hércules C-130 del Ala 31 de Zaragoza recogió a 20 camareras y 3 camareros civiles para trasladarlos a Madrid, en concreto, a la base aérea de Getafe. La tripulación estaba formada por tres pilotos, un mecánico y un supervisor. Desde allí les trasladaron al Cuartel General del Ejército, donde se celebraba un ágape para 300 personas, entre ellas el JEMAD, Félix Sanz Roldán, con motivo de la celebración de una festividad: la Virgen de Loreto, la patrona. Acabado el acto, el Hércules devolvió a los camareros a Zaragoza. Según El Heraldo, la duración total de los vuelos fue de dos horas, con un coste aproximado de 10.000 euros.
Parece que la misión de esta aeronave del Ejército del Aire ha generado un profundo malestar entre los militares. El diario recoge la indignación: "Otras misiones –se queja un militar–, como el relevo de tropas en Afganistán, se cancelan por falta de asignación de vuelos".
El Heraldo de Aragón detalla la operación: el aparato despegó a las 10.00 de Zaragoza, aterrizó en Getafe a las 11.00 y volvió a despegar rumbo a Zaragoza a las 16.30. También recoge el diario que, al final, el servicio de catering salió gratis, "por la buena relación existente entre el empresario aragonés y un mando militar". Además, dice la empresa que los alimentos para el ágape no se transportaron en el Hércules, sino por carretera, con camiones frigoríficos.
El restaurante que ofreció el catering también sirvió ese mismo día otro ágape en la propia base de Zaragoza y, según las fuentes, el menú fue muy parecido al que se degustó en Madrid. Entre las protestas de los militares hay una muy lógica: ¿no hay buenos servicios de catering en Madrid? ¿Nadie entre la tropa que se dedica a la hostelería es capaz de preparar uno digno de la celebración de la patrona?
En declaraciones a El Heraldo de Aragón, el Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, Francisco José García de la Vega, consideró "desproporcionada" la decisión de fletar un Hércules y mostró su desaprobación, sin aclarar de quién partió la orden. Defensa habría llevado al extremo el lema del Ala 31, de donde partió el avión: "LO QUE SEA, CUANDO SEA Y DONDE SEA".