Ronaldinho también saca la chistera ante el Bremen y da al Barcelona la primera plaza de grupo (3-1)

(Libertad Digital) Esta vez el Barça no ha sido el mismo que el del Bernabéu, pero lo cierto es que a los azulgrana no les hace falta pisar a fondo al acelerador y han vuelto a demostrar que pueden resolver con éxito sus compromisos jugando a medio gas, tengan enfrente al rival que tengan. Y para ello, han apelado de nuevo a la calidad de Ronaldinho. El brasileño, que ha vuelto a dejar claro que es el próximo Balón de Oro, empezó avisando de sus intenciones cuando sólo se habían jugado unos segundos. Le metió un gran pase a Larsson, pero el sueco picó en exceso el balón y no llegó el gol por muy poco. Sí llegó a los trece minutos cuando, de nuevo Ronaldinho, controló una pelota en la medular y lanzó un pase de 40 metros a Gabri, que la bajó con el pecho y la cruzó con la izquierda ante la salida de Reinke (1-0). El canterano se estrena así como titular esta temporada y también como goleador después de dejar atrás el rosario de lesiones que le han tenido prácticamente en el dique seco durante el último año.

Pero la entrada de Gabri, que ocupó el puesto de Xavi, no ha sido la única novedad respecto al once que Rijkaard alineó ante el Real Madrid. El técnico holandés dejó en la grada a Leo Messi, además del propio Xavi, y en el banquillo a Edmilson y a Eto'o, que por primera vez ha entrado en las rotaciones, para dar entrada a Giuly, Motta y Larsson. El Werder Bremen, con una defensa adelantada y un fútbol directo, intentó siempre llegar con peligro al marco rival. Al cuarto de hora, Nelson Valdez estuvo a punto de empatar en un mano a mano con Valdés, pero el portero azulgrana aguantó bien y logró enviar el balón a córner.

Poco después, el árbitro señaló un discutido penalti de Van Bronckhorst a Micoud que Borowski se encargó de transformar en el 1-1, y el partido pareció empezar otra vez desde cero. Pero entonces volvió a aparecer Ronaldinho. El brasileño lanzó una falta envenenada que sorprendió a un desafortunado Reinke, quien empezó colocando mal la barrera y acabó comiéndose el bote del balón (2-1). Otra jugada del brasileño que acabó con un remate en plancha de Larsson dio la oportunidad de redimirse a Reinke, y un cabezazo de Klose desviado fueron lo más destacado de la recta final de la primera parte.

La segunda mitad arrancó con un juego embarullado por parte de ambos equipos pero, con el paso de los minutos, el Barça empezó a animarse y el Bremen desapareció del mapa. Un hiperactivo Oleguer empezó a prodigarse en ataque por la banda derecha y a punto estuvo de marcar tras otro pase de Ronaldinho. Lo mismo que Márquez, que puso a prueba a Reinke al enganchar de volea un balón que el brasileño centró desde el córner. Klose abandonó el campo renqueante, y Thomas Schaaf dio entrada al joven Hunt para apoyar a Valdez en el ataque visitante. Sin el pichichi de la Bundesliga sobre el terreno de juego, el encuentro se rompió definitivamente.

Ronaldinho, en su enésima intervención, condujo un balón en la línea de tres cuartos, Larsson le marcó la diagonal y el brasileño, casi mirando al tendido, se la puso con milimétrica precisión a la espalda de los dos centrales. El delantero sueco no perdonó esta vez e hizo subir el 3-1 al marcador. Los alemanes dieron sus últimos coletazos en ataque con un par de contragolpes finalizados por Hunt y Valdez que Valdés, muy atento durante todo el encuentro, desbarató con acierto. Varias virguerías más de Ronaldinho y una falta lanzada por el brasileño que se marchó por poco cerraron la actuación del crack de la noche, a quien el público despidió coreando su nombre.