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Irán admite que compró instrucciones para desarrollar armas nucleares

La Agencia Internacional de la Energía Atómica asegura en su último informe sobre el controvertido programa nuclear de Irán que Teherán reconoce haber obtenido en el mercado negro atómico instrucciones detalladas sobre tecnología que podrían servir para el desarrollo de armas nucleares. El documento confidencial de cinco páginas y que ha sido entregado a los países miembros del AIEA, exige además a Irán ser más transparente para aclarar así los interrogantes pendientes en relación con sus actividades nucleares.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica asegura en su último informe sobre el controvertido programa nuclear de Irán que Teherán reconoce haber obtenido en el mercado negro atómico instrucciones detalladas sobre tecnología que podrían servir para el desarrollo de armas nucleares. El documento confidencial de cinco páginas y que ha sido entregado a los países miembros del AIEA, exige además a Irán ser más transparente para aclarar así los interrogantes pendientes en relación con sus actividades nucleares.
L D (Agencias) Los documentos, a los que ha tenido acceso la agencia Efe, contienen instrucciones sobre algunas aplicaciones nucleares muy específicas y llegaron a Irán en 1987 a través de una red clandestina organizada por el pakistaní Abdul Qadeer Khan.

Este científico, considerado como el "padre" de la bomba nuclear de Pakistán, se encuentra en arresto domiciliario desde el año pasado tras haber reconocido que había vendido información y materiales para armas atómicas a Corea del Norte y Libia. Según el informe, Irán ha asegurado a los inspectores que nunca ha usado esas instrucciones, las que por otra parte hasta ahora no había mostrado al AIEA, algo que ha confirmado las sospechas por parte de Estados Unidos, de que Teherán intenta desarrollar actividades ilegales relacionadas con un plan para fabricar la bomba atómica.

El embajador norteamericano ante el AIEA, Gregory Schulte, dijo este viernes en Viena que la comunidad internacional "está muy preocupada" tras saber que Irán obtuvo estas instrucciones. "Irán le debe a la Junta de Gobernadores una explicación sobre porqué tenía esos documentos y qué hizo con ellos", dijo Schulte. Según el AIEA, los documentos daban instrucciones, entre otras cosas, de cómo "moldear uranio enriquecido, natural y empobrecido en formas esféricas", lo que podría servir para el núcleo de una bomba atómica.

Una fuente diplomática en Viena consideró este viernes la información obtenida por Irán como una especie de "libro de cocina" para construir una bomba, mientras que otros diplomáticos recordaron que la construcción de estas armas requiere mucha más información de la incluida en el conjunto de documentos entregados a Irán. En todo caso, un diplomático occidental cercano a la AIEA señaló en la capital austríaca que "la paciencia (de la comunidad internacional) con Irán se está agotando".

Por otra parte, el informe señala que los inspectores mantienen sus dudas acerca de algunos detalles del programa de centrifugadoras de gas (P1 y P2) y exigen más transparencia para poder analizar el programa de enriquecimiento de uranio y la compra de materiales y equipo de doble uso (militar y civil). Sin embargo, reconocen que en algunos ámbitos la cooperación de Irán ha mejorado en las últimas semanas y aseguran que en su reciente visita a la polémica instalación militar de Parchin "no se detectaron actividades inusuales".

Parchin es una instalación militar en las afueras de Teherán donde EEUU sospecha, en base a imágenes obtenidas por satélite, que Irán ha efectuado experimentos nucleares con fines militares. La AIEA insta además a Irán a concederle acceso a otros lugares considerados importantes, como Lavisan y su centro de investigaciones físicas.

Por otra parte, los inspectores dicen que pudieron hablar con dos expertos iraníes involucrados en el programa de enriquecimiento de uranio y confirman que Irán sigue manteniendo suspendidas la actividad en todas sus instalaciones nucleares, con la excepción de la planta de conversión de uranio de Isfahán. En esa planta, cuya reactivación provocó la interrupción de las negociaciones entre Irán y la "troika" europea (Francia, Alemania y Reino Unido) en agosto pasado, se volvió a introducir concentrado de uranio el pasado 16 de noviembre.

Irán quiere convertir 150 barriles de ese material (unas 50 toneladas) en un gas llamado UF6, que luego sirve para enriquecer uranio, una sustancia muy sensible porque tiene tanto aplicaciones civiles como militares. Debido a la insistencia de Irán en obtener esa tecnología, EEUU y la UE sospechan que Teherán quiere hacerse con armas nucleares, algo que el régimen de los ayatolá niega.

En su última resolución, la Junta constató que Irán incumplió el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP) por sus pasadas actividades no declaradas, lo que requiere, según el estatuto de la AIEA, una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU. En su próxima reunión, que se inicia el 24 de noviembre, los 35 países miembros del órgano ejecutivo de la AIEA deberán decidir si elevan el caso de Irán al Consejo de Seguridad, que tiene los poderes de dictar sanciones.

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