LD (EFE) En un relato muy crítico con la actuación de Ybarra, González aseguró que "obligó" al que entonces compartía con él la presidencia del BBVA a reintegrar todos los fondos que estaban fuera del balance de la entidad, incluidos los planes de pensiones, y a comunicarle al Banco de España su existencia.
González argumentó que se comunicó este asunto al Banco de España y no a los tribunales porque quería que "que no trascendiera, que no hubiera escándalos y no se perjudicara la imagen del banco". También se quejó en varias ocasiones de la resistencia de Ybarra a reintegrar los 34.000 millones de pesetas que estaban fuera de la contabilidad del banco y se defendió al asegurar que "yo dependía del señor Ybarra para que ese dinero volviera a España".
En todo caso, González dejó claro que fue enterándose de la existencia de estos fondos de forma paulatina, ya que Ybarra primero le contó, "como si fuera una cosa que pasa por ahí", que había una cuenta del BBV "con varios miles", pero sin detallar la cuantía concreta ni dónde estaba ni para qué se utilizaba. Ya en ese momento, aseguró González, le instó a que ese dinero "volviera de forma inmediata a España", ya que esa situación suponía un "delito flagrante" aunque sólo fuera por cuestiones fiscales. El propio Ybarra –añadió– "asintió con la cabeza" cuando le preguntó si sabía que eso era un delito.
Pese a haber estado de acuerdo en ese momento –septiembre del 2000– de reintegrar el dinero, según el relato del presidente del BBVA, Ybarra se resistió durante meses a hacerlo y, tras varias "reuniones muy violentas", aceptó hacerlo con efectos de diciembre de 2000, porque sino "seríamos cómplices todos, al menos, de un delito fiscal". Fue en una de esas tensas reuniones cuando González –según su versión– se enteró de la existencia de los planes de pensiones y cuando decidió informar de todo ello al Banco de España, porque "antes o después iba a enterarse" y "era mejor contárselo que tener luego un escándalo externo".
En la reunión con el gobernador, Jaime Caruana, fue Ybarra quien se encargó de informar, pero en ella "no dio ninguna explicación de los planes de pensiones, de los movimientos con acciones de Argentaria, de la operación de Venezuela ni de otros movimientos que hubo en las cuentas" de los paraísos fiscales. Cuando el Banco de España conoció más adelante la existencia de los planes de pensiones y pidió más datos, explicó González, Ybarra decidió argumentar que se habían constituido por si era necesario para intentar salvar la operación de compra del 40 por ciento del mexicano Bancomer.
A González, aquella explicación le pareció una "auténtica barbaridad" y una "tomadura de pelo", por lo que dijo al copresidente en una reunión "muy dura" que "no iba a aguantar que no se contara exactamente al Banco de España lo que había pasado". Aun así, Ybarra envió –sin su consentimiento– una carta a Caruana en la que daba esa explicación, lo que obligó a González a telefonear al gobernador para informarle de que no estaba de acuerdo con ese escrito y que "no responde a la realidad de los hechos".
González argumentó que se comunicó este asunto al Banco de España y no a los tribunales porque quería que "que no trascendiera, que no hubiera escándalos y no se perjudicara la imagen del banco". También se quejó en varias ocasiones de la resistencia de Ybarra a reintegrar los 34.000 millones de pesetas que estaban fuera de la contabilidad del banco y se defendió al asegurar que "yo dependía del señor Ybarra para que ese dinero volviera a España".
En todo caso, González dejó claro que fue enterándose de la existencia de estos fondos de forma paulatina, ya que Ybarra primero le contó, "como si fuera una cosa que pasa por ahí", que había una cuenta del BBV "con varios miles", pero sin detallar la cuantía concreta ni dónde estaba ni para qué se utilizaba. Ya en ese momento, aseguró González, le instó a que ese dinero "volviera de forma inmediata a España", ya que esa situación suponía un "delito flagrante" aunque sólo fuera por cuestiones fiscales. El propio Ybarra –añadió– "asintió con la cabeza" cuando le preguntó si sabía que eso era un delito.
Pese a haber estado de acuerdo en ese momento –septiembre del 2000– de reintegrar el dinero, según el relato del presidente del BBVA, Ybarra se resistió durante meses a hacerlo y, tras varias "reuniones muy violentas", aceptó hacerlo con efectos de diciembre de 2000, porque sino "seríamos cómplices todos, al menos, de un delito fiscal". Fue en una de esas tensas reuniones cuando González –según su versión– se enteró de la existencia de los planes de pensiones y cuando decidió informar de todo ello al Banco de España, porque "antes o después iba a enterarse" y "era mejor contárselo que tener luego un escándalo externo".
En la reunión con el gobernador, Jaime Caruana, fue Ybarra quien se encargó de informar, pero en ella "no dio ninguna explicación de los planes de pensiones, de los movimientos con acciones de Argentaria, de la operación de Venezuela ni de otros movimientos que hubo en las cuentas" de los paraísos fiscales. Cuando el Banco de España conoció más adelante la existencia de los planes de pensiones y pidió más datos, explicó González, Ybarra decidió argumentar que se habían constituido por si era necesario para intentar salvar la operación de compra del 40 por ciento del mexicano Bancomer.
A González, aquella explicación le pareció una "auténtica barbaridad" y una "tomadura de pelo", por lo que dijo al copresidente en una reunión "muy dura" que "no iba a aguantar que no se contara exactamente al Banco de España lo que había pasado". Aun así, Ybarra envió –sin su consentimiento– una carta a Caruana en la que daba esa explicación, lo que obligó a González a telefonear al gobernador para informarle de que no estaba de acuerdo con ese escrito y que "no responde a la realidad de los hechos".
Contradice las declaraciones de Ybarra
Con su declaración, el presidente del BBVA contradijo la postura que mantuvo en su declaración la semana pasada Ybarra, quien manifestó que intentó comunicarle a González que iba a constituir unos planes de pensiones para compensar a los consejeros procedentes del BBV y que éste le aseguró que lo hiciera como quisiera pero que no quería saber nada. "Había una gran ruptura de confianza, cuando uno de los presidentes estaba engañando al otro" y "la situación era muy delicada"; "se me intentó engañar e involucrar en varias operaciones fuera de los libros del banco" añadió González, quien negó que estos pagos estuviesen "en el espíritu de la fusión".
Tras negar rotundamente esas afirmaciones, defendió que aunque Ybarra hubiera contado con su "beneplácito" no hubiera estado autorizado para ejecutar esa operación porque era delictiva. González explicó, además, que el BBVA no actúa en esta causa de acusación contra Ybarra porque el banco ya está resarcido económicamente –se reintegraron todos los fondos– y "quiere olvidar esto lo más pronto posible", pero admitió que "el daño que se ha hecho al banco ha sido tremendo".
Con su declaración, el presidente del BBVA contradijo la postura que mantuvo en su declaración la semana pasada Ybarra, quien manifestó que intentó comunicarle a González que iba a constituir unos planes de pensiones para compensar a los consejeros procedentes del BBV y que éste le aseguró que lo hiciera como quisiera pero que no quería saber nada. "Había una gran ruptura de confianza, cuando uno de los presidentes estaba engañando al otro" y "la situación era muy delicada"; "se me intentó engañar e involucrar en varias operaciones fuera de los libros del banco" añadió González, quien negó que estos pagos estuviesen "en el espíritu de la fusión".
Tras negar rotundamente esas afirmaciones, defendió que aunque Ybarra hubiera contado con su "beneplácito" no hubiera estado autorizado para ejecutar esa operación porque era delictiva. González explicó, además, que el BBVA no actúa en esta causa de acusación contra Ybarra porque el banco ya está resarcido económicamente –se reintegraron todos los fondos– y "quiere olvidar esto lo más pronto posible", pero admitió que "el daño que se ha hecho al banco ha sido tremendo".