L D (EFE) El convoy, integrado por 36 efectivos de la Unidad de Apoyo al Despliegue (UAD), tenía planeado ponerse en marcha este miércoles, pero a última hora su salida fue aplazada hasta este jueves, según fuentes militares, debido a dificultades con los camiones que tienen que transportar la carga, incluida maquinaria pesada.
Por segundo día consecutivo, la salida del escalón avanzado fue pospuesta este jueves, y fuentes militares atribuyeron esa decisión a "problemas administrativos", aunque no especificaron si habían surgido en la parte paquistaní, española o de la OTAN. La falta de camiones en las mayores ciudades es un problema que aumenta día a día debido a la fuerte demanda por parte del Ejército, instituciones internacionales, agencias de Naciones Unidas, y de las organizaciones no gubernamentales que distribuyen ayuda humanitaria para los cerca de 3,3 millones de paquistaníes afectados por el seísmo, que causó 73.000 muertos en Pakistán.
El problema de la escasez de camiones lo agudiza la negativa de muchos conductores a trabajar durante los próximos tres días en los que los paquistaníes celebrarán, a partir de mañana viernes, el final del Ramadán, el mes de ayuno musulmán. Además, gran parte de los camiones que los contratistas ofrecen se encuentran en malas condiciones, o no son aptos para recorrer la tortuosa y destartalada carretera que conecta Islamabad, la capital del país, con Arja, lugar elegido por el mando de la OTAN para montar el campamento del contingente español. Hasta el pasado martes prestó asistencia en Arja un equipo sanitario de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) formado por 42 personas que regresó este jueves a España, después de atender a cerca de 3.300 heridos y enfermos.
En principio los militares españoles contemplaron la posibilidad de establecer la base de operaciones en Bagh, a unos veinte kilómetros al norte al norte de Arja. La localidad de Arja fue elegida como emplazamiento después de la misión de reconocimiento efectuada por el general José María Bautís Otero, jefe de las tropas terrestres de la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, y a quien acompañaron altos mandos del Ejército paquistaní.
Por segundo día consecutivo, la salida del escalón avanzado fue pospuesta este jueves, y fuentes militares atribuyeron esa decisión a "problemas administrativos", aunque no especificaron si habían surgido en la parte paquistaní, española o de la OTAN. La falta de camiones en las mayores ciudades es un problema que aumenta día a día debido a la fuerte demanda por parte del Ejército, instituciones internacionales, agencias de Naciones Unidas, y de las organizaciones no gubernamentales que distribuyen ayuda humanitaria para los cerca de 3,3 millones de paquistaníes afectados por el seísmo, que causó 73.000 muertos en Pakistán.
El problema de la escasez de camiones lo agudiza la negativa de muchos conductores a trabajar durante los próximos tres días en los que los paquistaníes celebrarán, a partir de mañana viernes, el final del Ramadán, el mes de ayuno musulmán. Además, gran parte de los camiones que los contratistas ofrecen se encuentran en malas condiciones, o no son aptos para recorrer la tortuosa y destartalada carretera que conecta Islamabad, la capital del país, con Arja, lugar elegido por el mando de la OTAN para montar el campamento del contingente español. Hasta el pasado martes prestó asistencia en Arja un equipo sanitario de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) formado por 42 personas que regresó este jueves a España, después de atender a cerca de 3.300 heridos y enfermos.
En principio los militares españoles contemplaron la posibilidad de establecer la base de operaciones en Bagh, a unos veinte kilómetros al norte al norte de Arja. La localidad de Arja fue elegida como emplazamiento después de la misión de reconocimiento efectuada por el general José María Bautís Otero, jefe de las tropas terrestres de la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, y a quien acompañaron altos mandos del Ejército paquistaní.
Desde el domingo en la terminal de un aeropuerto
El contingente español que manda el general Bautís Otero está de momento formado por 87 efectivos, de los que unos 40 siguen en la terminal del antiguo aeropuerto de Lahore, la capital de la provincia del Punjab y a unos 520 kilómetros al sureste de la zona afectada por el seísmo ocurrido el pasado 8 de octubre. Los efectivos de la avanzadilla española de la OTAN llegaron el pasado domingo a Lahore, donde fueron acomodados en una pequeña terminal del antiguo aeropuerto, ahora convertida en base aérea, y en la que los militares paquistaníes han reforzado las medidas de seguridad.
La decisión de iniciar el despliegue fue adoptada el lunes tras la reunión que el general Bautís Otero mantuvo en Islamabad con el Estado Mayor del Ejército paquistaní. Las tropas de la OTAN tienen la misión de abrir carreteras cortadas por los derrumbamientos para facilitar la distribución de la ayuda humanitaria, apoyar la asistencia sanitaria y preparar alojamientos para las cerca de 3,3 millones de personas que han perdido sus hogares, y sobre las que se cierne la amenaza del invierno. Durante los últimos días en la montañosa región paquistaní de Cachemira se han registrado ya temperaturas bajo cero.
El contingente español que manda el general Bautís Otero está de momento formado por 87 efectivos, de los que unos 40 siguen en la terminal del antiguo aeropuerto de Lahore, la capital de la provincia del Punjab y a unos 520 kilómetros al sureste de la zona afectada por el seísmo ocurrido el pasado 8 de octubre. Los efectivos de la avanzadilla española de la OTAN llegaron el pasado domingo a Lahore, donde fueron acomodados en una pequeña terminal del antiguo aeropuerto, ahora convertida en base aérea, y en la que los militares paquistaníes han reforzado las medidas de seguridad.
La decisión de iniciar el despliegue fue adoptada el lunes tras la reunión que el general Bautís Otero mantuvo en Islamabad con el Estado Mayor del Ejército paquistaní. Las tropas de la OTAN tienen la misión de abrir carreteras cortadas por los derrumbamientos para facilitar la distribución de la ayuda humanitaria, apoyar la asistencia sanitaria y preparar alojamientos para las cerca de 3,3 millones de personas que han perdido sus hogares, y sobre las que se cierne la amenaza del invierno. Durante los últimos días en la montañosa región paquistaní de Cachemira se han registrado ya temperaturas bajo cero.