(Libertad Digital) Por lo que conoce a José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Carlos Rodríguez Ibarra manifestó estar "seguro" de que "todo lo que se apruebe será absolutamente constitucional" y añadió que "no hay presidente que esté dispuesto a romper el país que preside". Lo que le preocupa al presidente extremeño, según dijo, son "las posiciones" que se mantienen "desde algunas formaciones políticas".
Por ello, dijo Ibarra que Zapatero "no va a permitir que el Estatuto incluya un término que desvirtúe el articulado de la Constitución", en alusión a la definición de Cataluña como nación, y ponga "en cuestión lo que los españoles creemos que es nación". Pero Ibarra fue más allá al analizar el porqué de que ese término sirva para definir Cataluña. Según el presidente extremeño, ese concepto "permite desarrollar" luego el resto del Estatuto, de manera que si se elimina, "se borra el noventa por ciento de los artículos". Ibarra dijo que el término "es la coartada para decir lo que dicen" y que si se quita "se quedan al descubierto" el verdadero sentido del Estatuto.
Ante la imposibilidad a juicio de Ibarra de aplicar a Cataluña el término "nación", el presidente aportó su propia sugerencia y apuntó que podría denominarse con el mismo concepto al que califican el valle de Arán, es decir, como "entidad territorial singular", puesto que ambos territorios comparten singularidades como la lengua. Ibarra subrayó su afirmación diciendo "yo lo firmo, lo firmo".
"Deslealtad" por parte del PSC
Ibarra empleó términos muy duros con sus compañeros de partido en Cataluña. Sin alusiones directas, Ibarra dijo que "ha habido error de cálculo por parte de algunos. Ha habido deslealtad por otros". Se refirió a la promesa de Zapatero cuando era candidato de que aprobaría lo que llegara de Cataluña, pero matizó que esa afirmación se hizo apenas dos meses después de los acuerdos de Santillana, que enmarcaban los puntos fundamentales que debían contemplar las reformas autonómicas.
El presidente extremeño dijo que en el momento de la promesa, Zapatero "daba la mano" pero "algunos cogían el brazo", por lo que se habría llegado a la situación actual en que el parlamento catalán ha aprobado un texto "éticamente reprobable". Para ejemplificar los problemas éticos del Estatuto, que es "políticamente inaceptable", el presidente aludió a la ley del matrimonio homosexual, del que se debatió su constitucionalidad pero respecto a ella cada uno puede tener su postura ética. A Ibarra le preocupa, según explicó, "que alguien pueda decir algo reprobable éticamente y que se confunda financiación autonómica con solidaridad" desde posturas "progresistas". Para Ibarra es "ofensivo" el concepto de solidaridad que algunos manejan" por lo que implica de insolidario respecto al resto de autonomías, algo que no entiende que salga de políticos socialistas, que deben procurar que "ricos catalanes, vascos y extremeños" paguen en función de su riqueza.
Respecto al debate que comienza ahora en el Congreso, Ibarra dijo que espera "que se lleve con serenidad" y añadió que "pasó el turno de los políticos catalanes" y que ahora él quiere "ayudar" diciendo que hay cosas éticamente imposibles. El presidente de Extremadura tuvo palabras también para la oposición, a la que criticó con dureza por su posición frente al Estatuto catalán. Ibarra dijo que al PP lo que le preocupa no es que se rompa España, sino que "se rompa el PSOE". Añadió que los populares quieren "utilizar alfiles que no son suyos", en alusión a los presidentes socialistas y las declaraciones de las que se hacen eco. Ibarra tuvo también tiempo de enviar un mensaje a los terroristas de ETA, al decir que "si con el 89 por ciento de los diputados en el parlamento no se puede aprobar un texto de este tipo, con mil muertos olvídate".