(Libertad Digital) El presidente de Baleares, Jaume Matas, ha propuesto una "moratoria" en la aprobación de los Estatutos del resto de comunidades autónomas "hasta que sepamos en qué queda el catalán", al considerar que "todos tenemos derecho a recibir el mismo trato", especialmente en materia de financiación.
Matas, en un desayuno informativo organizado por el Fórum Europa, afirmó que cualquier hecho diferencial "no debe ser a costa del resto", y consideró "inadmisible" el Estatuto catalán por insolidario, "con el mismo tipo de insolidaridad –apuntó– "de Carod Rovira cuando negocia con ETA la inmunidad de Cataluña". El presidente balear preguntó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "si cree que el resto de CCAA vamos a tolerar que, a nuestra costa, se otorgue un estatus especial a una parte de España", advirtió de que esta actitud "no es mimetismo, sino instinto de defensa, de supervivencia", y precisó que "hay algo peor que una España rota, una España rota y apaleada".
Matas, en un desayuno informativo organizado por el Fórum Europa, afirmó que cualquier hecho diferencial "no debe ser a costa del resto", y consideró "inadmisible" el Estatuto catalán por insolidario, "con el mismo tipo de insolidaridad –apuntó– "de Carod Rovira cuando negocia con ETA la inmunidad de Cataluña". El presidente balear preguntó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "si cree que el resto de CCAA vamos a tolerar que, a nuestra costa, se otorgue un estatus especial a una parte de España", advirtió de que esta actitud "no es mimetismo, sino instinto de defensa, de supervivencia", y precisó que "hay algo peor que una España rota, una España rota y apaleada".
En su opinión, en esta cuestión lo peor ha sido el papel del Gobierno "al decir sí a este proyecto de Estatuto, porque ahora no puede decir no a las otras autonomías", y aseguró que "todos tenemos derecho a recibir el mismo trato y a respetar las reglas del juego de la multilateralidad". "Si Cataluña negocia bilateralmente su Estatuto, también lo puede negociar Baleares; si Cataluña blinda su sistema de financiación autonómica, también lo puede blindar Baleares; si Cataluña tiene poder sobre el sistema financiero y de mercado, también lo puede tener Baleares, y Galicia, y Andalucía y Valencia", señaló Matas.
"Sólo falta perder Ceuta y Melilla para instalarnos en otro 98"
Para el presidente balear, el Estatuto catalán no sólo pretende de forma "ridícula e inconstitucional" reformar la Constitución por la vía estatutaria, sino que además supondría "una estafa para el pueblo español" así como "efectos multiplicadores" sobre el resto de las autonomías. Auguró "tiempos de pesadumbre artificialmente inducida desde el Gobierno" central, estimó que el proceso puesto en marcha supone "un modelo de taifas", y advirtió de que "estamos en un punto de no retorno, a partir del cual, se haga lo que se haga, el daño estará hecho".
Para el presidente balear, el Estatuto catalán no sólo pretende de forma "ridícula e inconstitucional" reformar la Constitución por la vía estatutaria, sino que además supondría "una estafa para el pueblo español" así como "efectos multiplicadores" sobre el resto de las autonomías. Auguró "tiempos de pesadumbre artificialmente inducida desde el Gobierno" central, estimó que el proceso puesto en marcha supone "un modelo de taifas", y advirtió de que "estamos en un punto de no retorno, a partir del cual, se haga lo que se haga, el daño estará hecho".
"Sólo nos faltaría que perdiéramos Ceuta y Melilla para instalarnos definitivamente en otro 98", alertó Matas, que recordó que "alguien escribió que el presidente del Gobierno se va a ahorcar con la cuerda que se ha colocado el mismo", y advirtió de que "se están tocando puntos neurálgicos de nuestra realidad como nación". Acusó al Gobierno de instalarse en un proceso constituyente "perverso e intolerable" al tratar de cambiar las "reglas del juego por vías espúreas y esperemos que no ilegales", y le reprochó haber resucitado "el rencor guerra-civilista", intentar "repetir el grave error de la II República" y "aislar y casi expulsar del sistema al centro derecha".
"El éxito es fulminante: en sólo dos años se logra un país dividido, enfrentado y con la discordia civil instalada en la sociedad", señaló el dirigente balear, que –irónicamente– felicitó por ello al Ejecutivo y le acusó de "debilitar" al Estado y de llevar a la desaparición de éste en alguna autonomía, por lo que opinó que "la asignatura pendiente no son las autonomías, sino el Estado".