L D (Agencias) En un discurso ante la Fundación Nacional para la Democracia en Washington, el presidente estadounidense dijo que "contra semejante enemigo sólo hay una respuesta efectiva: nunca daremos marcha atrás, nunca cederemos y nunca aceptaremos menos que una victoria completa".
Bush aseguró que los integristas islámicos han convertido Irak en el símbolo de su lucha contra el mundo occidental y destacó que de conseguirlo permitirá a sus seguirdores en el resto de países musulmanes "derrocar todos los gobiernos moderados en la región y establecer un imperio islámico radical que abarque desde España a Indonesia".
El presidente justificó su empeño por continuar y completar la guerra global contra el terror, asegurando que está dando resultados y prueba de ello, dijo, son los numerosos ataques de la red terrorista Al Qaeda que se han podido frustrar. Bush precisó que desde los atentados contra EEUU el 11 de septiembre de 2001 se frenaron 10 tramas de Al Qaeda de las que tres tenían como objetivo EEUU, así como numerosos envíos ilegales. "Estamos haciendo frente a una ideología radical con un claro objetivo, el de esclavizar naciones e intimidar a todo el mundo", según Bush, quien insistió en que "ningún acto nuestro provocó la furia de los asesinos" y ningún gesto de calma cambiará sus planes de seguir matando.
El presidente lanzó un mensaje de advertencia a Irán y Siria, países ambos con una "larga historia de colaboración con terroristas", e hizo un llamamiento al mundo islámico para que condene claramente el terrorismo. Las guerras no se ganan sin sacrificio y ésta, añadió, "requerirá más sacrificio, más tiempo y más determinación".