L D (Agencias) Un total de 130 personas, entre ellas siete guardia civiles, resultaron heridas de diversa consideración en el asalto de 700 subsaharianos al doble perímetro que separa Melilla de Marruecos, y cinco de ellos permanecen en el Hospital Comarcal.
Cuatro guardias civiles y tres soldados resultaron con heridas de diversa consideración como resultado de las piedras lanzadas por centenares de subsaharianos. Uno de ellos es un agente de la Guardia Civil que presenta traumatismo craneoencefálico, informó Europa Press.
No saltaron, derribaron
El salto se produjo en una zona donde la valla tiene seis metros de alto, entre Beni Enzar y Barrio Chino y por eso tenía menos protección que otras partes de la misma. Esa decisión para el despliegue de efectivos respondió a una cuestión de "lógica", ya que hasta el momento los inmigrantes no habían optado por derribar el vallado. Así, ante la dificultad que entraña saltar una verja con seis metros de altura, los subsaharianos optaron por derribarla.
De esta forma, alrededor de 300 pudieron entrar en territorio español, mostrando además gran violencia arrojando piedras a las fuerzas de la Guardia Civil y el Ejército que intentaban taponar la brecha del perímetro. Según fuentes oficiales, las fuerzas de seguridad marroquíes han detenido a 131 inmigrantes subsaharianos clandestinos que participaron en este nuevo asalto masivo.
"La situación de África"
En este sentido, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, aseguró que el Gobierno reforzará las medidas de lucha contra la inmigración clandestina pero advirtió de que "hay que ser conscientes también de la situación que vive África".
La responsable socialista insistió en la situación que vive África, de hambre, miseria y huída de los conflictos bélicos que hay en los países del África subsahariana. Runí explicó: "El verano pasado, cuando anunciaron una plaga de langostas ya advertíamos de que se podía producir una situación de este tenor, por tanto, no sólo España, sino la cooperación con los países del Magreb y la implicación de la UE es imprescindible".
"La solución, del otro lado"
Tras este nuevo asalto, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, subrayó que esto demuestra que "la solución siempre tiene que venir del otro lado de la frontera". Imbroda dijo que no era la solución que se desplegará el Ejército, que podía "ser incluso un problema", y que la solución "siempre tiene que venir del otro lado de la frontera".
El presidente melillense destacó que el asalto se ha producido en un punto donde la valla tiene seis metros, y que si al otro lado de la valla "no ha habido esta noche una cooperación fuerte ha pasado lo que ha pasado". Imbroda reconoció que pensó que el problema "estaba arreglado" tras la declaración conjunta de los presidentes de Gobierno español y marroquí tras la reunión de Sevilla, porque durante dos o tres días se desplegó bastante policía marroquí.