L D (EFE) La exigencia de Viena de que se ofrezca a Turquía una alternativa a la plena adhesión impide la aprobación del marco que debe regir las negociaciones, sin el cual éstas no pueden iniciarse como estaba previsto el 3 de octubre. Si Austria persiste en su postura, infligirá un nuevo revés a la UE en un año en el que la Constitución europea sufrió sendas derrotas en referendos en Francia y en Holanda y en el que los líderes europeos no lograron ponerse de acuerdo sobre un presupuesto para el periodo 2007-2013 en su cumbre de junio pasado.
El portavoz de la embajada austriaca ante la UE, Hans Georg Possanner, ha pronosticado unas "difíciles negociaciones", mientras que la Presidencia de turno de la UE, que ejerce este semestre el Reino Unido, ha señalado que tiene la "firme intención" de lograr un acuerdo.
Austria llega aislada a la cita, ya que los otros 24 países miembros descartan cualquier cambio en la finalidad de las negociaciones con Ankara, porque supondría romper el compromiso adquirido por los líderes de la Unión en su cumbre de diciembre pasado y ratificado en la de junio. Sin embargo, las reservas de Austria reflejan el sentir general de la opinión pública austriaca y europea, mayoritariamente opuesta al ingreso de Turquía en la Unión, y coinciden con las elecciones regionales que tienen lugar este domingo en la región de Estiria.
Ankara ha advertido de que su responsable de Exteriores, Abdulá Gul, sólo viajará a Luxemburgo si es para negociar la adhesión plena. Ankara ha cumplido todos los requisitos que le puso la Unión para poder comenzar las negociaciones y el marco propuesto es el más duro en la historia de las ampliaciones de la UE, ya que prevé largos periodos de transición e incluso la posibilidad de derogaciones permanentes en capítulos tan esenciales como la libre circulación de trabajadores.