(Libertad Digital) Las investigaciones del 11-M han estado sometidas a demasiados agujeros, pero uno de los principales ha sido desde sus inicios los explosivos utilizados en los atentados o la falta de rastro de ellos. A las pocas horas de producirse los atentados en Madrid, un miembro de los Cuerpos de Seguridad presente en el lugar de los hechos, en la estación de Atocha, informó al Ministerio del Interior, reunido en gabinete de crisis esa mañana, de que el explosivo utilizado era Titadine –una clase de dinamita utilizada de manera habitual por ETA– y no Goma-2. Esta primera pista falsa provocó que el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, afirmara ante los medios de comunicación que el autor de la masacre era sin lugar a dudas, en ese momento, la banda terrorista ETA.
Sin embargo, la localización de la furgoneta de Alcalá con restos de explosivos, detonadores en su interior y una cinta con versículos del Corán junto con el sorpresivo hallazgo de la mochila en la comisaría de Vallecas –adonde habían sido trasladados todos los efectos personales que había en el tren de doble piso que explotó en la estación del Pozo– y su posterior análisis giraron la investigación 180 grados.
Tal y como revela Luis del Pino en una exclusiva de Libertad Digital y City FM, el 12 de marzo, Juan Jesús Sánchez Manzano, el comisario jefe de la Unidad de Desactivación de los Tedax, cuya sede central se encuentra en Canillas (Madrid), hizo circular un informe preliminar –inconcluso– en el que decía que los explosivos hallados en la furgoneta y los de la mochila coincidían: “En las pruebas analíticas, aún no finalizadas, los resultados obtenidos confirman que se trata de la misma sustancia que la hallada en la furgoneta Renault que a su vez coinciden con los de la muestra patrón de dinamita Goma2-ECO”. El informe era preliminar, pero el jefe de los Tedax se atrevió a asegurar ya que el explosivo era Goma 2 ECO.
Pero Sánchez Manzano ocultó –tal y como reflejaba en su análisis de los explosivos la Policía Científica el día 12 de marzo, informe ocultado a la opinión pública hasta hoy, pero de manera específica antes de las elecciones del 14-M– que en el explosivo hallado por sorpresa en la comisaría de Vallecas no había una sustancia que se encontraba en los explosivos de la furgoneta de Alcalá y en la muestra patrón utilizada por los Tedax para comparar; la Metenamina, componente de ciertos explosivos de origen militar, pero no de la Goma-2 ECO, único explosivo hallado en la mochila de Vallecas.
Tal y como desvela el análisis de Luis del Pino, este suceso no sólo revela las ocultaciones del informe de Sánchez Manzano sino que incluye un hecho inexplicable: la presencia de Metenamina tanto en la muestra patrón de Goma-2 ECO entregada por los Tedax como en el explosivo encontrado en Alcalá de Henares. Esto hace pensar que lo entregado por los Tedax fueron dos mismos fragmentos del explosivo encontrado en la furgoneta.
Además del citado informe preliminar del 12 de marzo, que aseguraba la coincidencia de los explosivos, Sánchez Manzano remitió un informe al juez cuatro días después, con las elecciones ya celebradas. En dicho informe Sánchez Manzano insistió en que los componentes de los explosivos de la furgoneta, la comisaría y la muestra de los Tedax coincidían y describió su composición, en la que figuraba en todos ellos la Metenamina, con lo que, además, hizo creer al juez Del Olmo que esta sustancia forma parte de la Goma-2 ECO. Nada más lejos de la realidad, pero la escena presentada ante la opinión pública y ante el juez quedó como cierta y no fue hasta hace pocos meses cuando el juez cayó en la cuenta alertado por algunos informes remitidos por la Guardia Civil.