LD (Agencias) El Banco de Inglaterra observa que el aumento de los precios del petróleo podría provocar un crecimiento de la inflación a corto plazo. A pesar de esta previsión, el órgano regulador sugiere que podría rebajar más el tipo de interés, fijado recientemente en el 4,5 por ciento, para favorecer el crecimiento económico. El Comité de Política Monetaria decidió el pasado 5 de agosto rebajar el tipo de interés en un cuarto de punto por la desaceleración del consumo.
El banco central más antiguo del mundo ha hecho estas consideraciones en el Informe sobre la Inflación, que publica siempre después de revisar la política monetaria. Según señala el informe, la economía mundial sigue creciendo con fuerza. Por otro lado, la productividad de la economía británica está experimentando una desaceleración desde el mes de mayo, lo que alienta la preocupación del Banco de Inglaterra por el crecimiento de la economía brítánica. Se han mantenido los gastos en vivienda e inversión privada, mientras que el gasto público ha aumentado en estos tres últimos meses.
Rebaja de las previsiones de crecimiento
El informe ha rebajado las previsiones de crecimiento en medio punto, hasta el 2 por ciento. El gobernador del banco emisor, Mervyn King, explicó la rebaja del pronóstico por la disminución del consumo en los últimos meses, que ha alcanzado su nivel más bajo en una década. No obstante, King ha comentado que en los dos siguientes ejercicios se prevé una recuperación económica, que podría elevar el crecimiento hasta el tres por ciento.
Uno de los objetivos declarados por el Comité de Política Monetaria en su reciente rebaja de tipos fue detener el frenazo en los precios de la vivienda. Se preve que el mercado de la vivienda siga estancado, por lo que se habría detenido una burnuja inmobiliaria que había motivado en el pasado los últimos aumentos en los tipos. Conseguido este objetivo, el Banco de Ingpaterra se ha mostrado solidario con el objetivo del gobierno de Tony Blair de aumentar el crecimiento económico. En estos momentos el banco central observa una ralentización del crecimiento del PIB y menores ventas al por menor.