L D (EFE) Esa ayuda, sumada al compromiso anterior de los ministros de Finanzas del G-8 de cancelar inmediatamente la deuda de 18 países en desarrollo, grupo que se irá ampliando conforme se cumplan las condiciones impuestas, permitirá a África, dijo Blair, avanzar en el cumplimiento de los objetivos del Milenio de la ONU.
Blair reconoció que le gustaría que se fijara finalmente una fecha para poner fin a las ayudas agrícolas, que tanto perjudican al comercio del mundo en desarrollo, y expresó su esperanza en que ello ocurra en la próxima reunión ministerial de Hong Kong, en diciembre. El político británico afirmó que, por lo escuchado a los otros líderes y en concreto al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, esa fecha podría ser 2010. Jacques Chirac ha dicho que los europeos no aceptarán, sin embargo, eliminar sus subsidios mientras otros países ricos, y en especial Estados Unidos, no pongan fin de forma paralela a sus propios mecanismos de ayudas al sector agrícola.
Sobre el supuesto cambio climático, el otro gran protagonista de la reunión además de África, Blair explicó que sin Estados Unidos no se conseguiría nunca que los países emergentes, pronto grandes consumidores de energía, se sumen al necesario diálogo internacional para atajar el problema. "Yo no he cambiado de opinión", dijo Blair, quien afirmó que de nada serviría que la Unión Europea acordase objetos precisos de limitación de emisiones de CO2 si no se logra sumar a ese proceso no sólo a Estados Unidos, sino también a China o la India.
El anfitrión de la cumbre señaló que él había deseado un acuerdo que, como el finalmente aprobado este viernes por todos incluido Estados Unidos, reconociese la gravedad del supuesto calentamiento del planeta y la contribución, según una parte de los científicos, a ella de la acción humana y también la urgencia de tomar medidas para "desacelerar ese proceso, frenarlo e invertirlo en su debido momento". El político británico dijo que en Gleneagles se había preparado el camino de "un nuevo y genuino consenso" para cuando expire en 2012 el actual protocolo de Kioto, ratificado por todos los miembros del G-8 con la única excepción de Estados Unidos. Sin tratar de exagerar, agregó, la importancia de lo acordado, Blair destacó el compromiso de comenzar un diálogo con los países emergentes y en especial los cinco invitados a esta cumbre: Brasil, México, la India, China y Sudáfrica.
Ese diálogo comenzará el primero de noviembre con una conferencia en suelo británico y continuará en las sucesivas cumbres del G8, comenzando por la del año próximo en San Petersburgo, dijo Blair, quien descartó totalmente una renegociación del tratado de Kioto, en alusión a la oposición de Washington.
Blair reconoció que le gustaría que se fijara finalmente una fecha para poner fin a las ayudas agrícolas, que tanto perjudican al comercio del mundo en desarrollo, y expresó su esperanza en que ello ocurra en la próxima reunión ministerial de Hong Kong, en diciembre. El político británico afirmó que, por lo escuchado a los otros líderes y en concreto al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, esa fecha podría ser 2010. Jacques Chirac ha dicho que los europeos no aceptarán, sin embargo, eliminar sus subsidios mientras otros países ricos, y en especial Estados Unidos, no pongan fin de forma paralela a sus propios mecanismos de ayudas al sector agrícola.
Sobre el supuesto cambio climático, el otro gran protagonista de la reunión además de África, Blair explicó que sin Estados Unidos no se conseguiría nunca que los países emergentes, pronto grandes consumidores de energía, se sumen al necesario diálogo internacional para atajar el problema. "Yo no he cambiado de opinión", dijo Blair, quien afirmó que de nada serviría que la Unión Europea acordase objetos precisos de limitación de emisiones de CO2 si no se logra sumar a ese proceso no sólo a Estados Unidos, sino también a China o la India.
El anfitrión de la cumbre señaló que él había deseado un acuerdo que, como el finalmente aprobado este viernes por todos incluido Estados Unidos, reconociese la gravedad del supuesto calentamiento del planeta y la contribución, según una parte de los científicos, a ella de la acción humana y también la urgencia de tomar medidas para "desacelerar ese proceso, frenarlo e invertirlo en su debido momento". El político británico dijo que en Gleneagles se había preparado el camino de "un nuevo y genuino consenso" para cuando expire en 2012 el actual protocolo de Kioto, ratificado por todos los miembros del G-8 con la única excepción de Estados Unidos. Sin tratar de exagerar, agregó, la importancia de lo acordado, Blair destacó el compromiso de comenzar un diálogo con los países emergentes y en especial los cinco invitados a esta cumbre: Brasil, México, la India, China y Sudáfrica.
Ese diálogo comenzará el primero de noviembre con una conferencia en suelo británico y continuará en las sucesivas cumbres del G8, comenzando por la del año próximo en San Petersburgo, dijo Blair, quien descartó totalmente una renegociación del tratado de Kioto, en alusión a la oposición de Washington.