L D (EFE) Varios antiguos rehenes dicen haber reconocido al ex alcalde de Teherán como uno de los líderes de los estudiantes que tomaron la embajada poco después de la caída del régimen del Sha Mohamed Reza Pahlevi y la llegada al poder del ayatolá Jomeini en Irán, en 1979. Sin embargo, dos dirigentes de la operación han negado que Ahmadineyad participara en esa acción.
En declaraciones a la prensa previas a la cumbre del Grupo de los Ocho (G8) que se celebrará la semana próxima en Gleneagles (Reino Unido), Bush dijo no tener información sobre la posible participación del líder ultraconservador iraní en la toma de rehenes. No obstante, matizó que "evidentemente, hay muchas preguntas sobre su participación, y sabiendo lo activa que es la gente a la hora de encontrar respuestas para las preguntas, estoy seguro de que se responderán".
En la crisis de los rehenes, comenzada en noviembre de 1979 y concluida en enero de 1981, al tiempo que Ronald Reagan juraba su cargo como presidente de EEUU, 52 ciudadanos estadounidenses quedaron retenidos en la legación diplomática durante 444 días. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, afirmó hoy que "estamos tratando de determinar los hechos en torno a esta historia, y puedo asegurarles que vamos a examinar este asunto seriamente". "Pero quiero subrayar que no hemos olvidado" aquella crisis, que dañó de manera irreversible al Gobierno del entonces presidente Jimmy Carter, por lo que Irán "tiene la obligación de responder tajantemente a esas preguntas", señaló el portavoz.
En sus declaraciones, Bush emitió también una dura advertencia al nuevo mandatario iraní sobre el programa nuclear de ese país. Según Bush, EEUU y los dirigentes europeos enviarán un "duro mensaje" a Irán sobre ese programa nuclear, que Washington considera que tiene como objetivo la fabricación de armas, aunque Teherán lo niega. El Reino Unido, Francia y Alemania –también integrantes del G8–, mantienen, en nombre de la Unión Europea, una serie de conversaciones con Irán para intentar persuadir a la República Islámica de que ponga fin al programa.
"Mi mensaje es que es muy importante en este momento que los tres de la UE envíen un mensaje firme al nuevo dirigente: que el mundo está unido a la hora de decir que (Irán) no debe contar con la capacidad de enriquecer uranio que podría convertirse después en un arma nuclear", afirmó Bush.