(Libertad Digital) En La Mañana de la Cadena COPE, el diputado del PP, Federico Trillo, que se desplazó hasta Pontevedra para supervisar el recuento de los votos emigrantes, ha dicho que el hasta ahora presidente de la Xunta, Manuel Fraga, está decidido a poner en marcha el proceso de su sucesión. No obstante, Trillo admitió que el proceso no será fácil porque Fraga tiene "mucho carisma". Sobre si el origen de la pérdida de la mayoría absoluta está en no haber encontrado un candidato que sustituyera a Fraga, el ex ministro de Defensa desveló que el pasado mes de julio de 2004 habló con el ex presidente de la Xunta sobre este asunto y ambos llegaron a la conclusión que, según las encuestas que manejaba el PP, no daba tiempo a encontrar a un candidato tan conocido como Fraga de cara a las elecciones.
Mientras tanto, los líderes del PSdeG y del BNG, Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana, han coincidido en la Cadena SER y ambos afirmaron que tienen la obligación de tratar de formar un gobierno de coalición para Galicia. A pesar de que Manuel Fraga se ha quedado a menos de 10.000 mil votos de la mayoría absoluta, Touriño aseguró que ha habido "una clara mayoría" a favor del cambio a un gobierno "que refleje la pluralidad interna" de Galicia. Además, descartó la posibilidad de que se produzcan sorpresas en ese sentido al considerar que "nuestra obligación es hacer fiel ese mandato y cumplirlo".
Destacó la necesidad de encontrar, junto con el BNG, el "camino que haga posible un buen gobierno" en la Xunta, aunque hizo hincapié en la necesidad de esperar a que finalice totalmente el escrutinio para ponerse en contacto con Quintana. Respecto a las "reticencias" del alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, a un pacto de gobierno con el BNG, recordó que éste ha asegurado que "asumirá plenamente la decisión que yo tome", y aunque aceptó "sus reticencias a la alianza con el nacionalismo democrático", opinó que los gallegos han expresado "su voluntad inequívoca de tener una alternativa a tantos años de gobierno del PP".
Destacó la necesidad de encontrar, junto con el BNG, el "camino que haga posible un buen gobierno" en la Xunta, aunque hizo hincapié en la necesidad de esperar a que finalice totalmente el escrutinio para ponerse en contacto con Quintana. Respecto a las "reticencias" del alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, a un pacto de gobierno con el BNG, recordó que éste ha asegurado que "asumirá plenamente la decisión que yo tome", y aunque aceptó "sus reticencias a la alianza con el nacionalismo democrático", opinó que los gallegos han expresado "su voluntad inequívoca de tener una alternativa a tantos años de gobierno del PP".
Preguntado por el papel de Manuel Fraga a partir de ahora, indicó que éste anunció su compromiso "de seguir al frente de la oposición y de quedarse en el Parlamento de Galicia", consideró que "es una decisión que puede ser buena", y destacó que a partir de ahí "hay que avanzar". Rechazó que el cambio vaya a suponer "un terremoto, una vuelta atrás o una revancha", y aseguró que no llega al Ejecutivo gallego con la intención de "revisar ni poner patas arriba" la Comunidad Autónoma.
En su primera comparecencia, la madrugada de este martes, tras conocerse el escrutinio definitivo de Pontevedra, el dirigente socialista resaltó que PSdeG y BNG están "en la misma disposición" para llegar a un acuerdo que permita confeccionar un gobierno "de cambio, estable y eficiente al servicio del país". Según dijo, la comunidad afronta esta nueva etapa política "cargada de ilusión y futuro", pero debe "tener en cuenta el camino recorrido" porque no parte "de cero".
Con estos "elementos positivos de entrada" para la negociación con los nacionalistas, Touriño expuso que los plazos que baraja son que en la última semana de julio se celebre su investidura como presidente de la Xunta y que en la primera semana de agosto pueda tomar posesión, así como el nuevo Ejecutivo. Con este calendario, explicó que sería difícil que acudiese ya como titular de la Xunta a la próxima Conferencia de Presidentes si se celebra sobre el 28 de julio, pero se mostró confiado en que el Gobierno central reajuste esta fecha.
Respecto a la reforma del Estatuto de Autonomía, reiteró su intención de crear una ponencia parlamentaria para consensuarla entre los tres partidos políticos con representación en la Cámara autonómica, incluido el PP, partido al cual expresó su "voluntad de diálogo". Como límites para estas modificaciones estatutarias, indicó que deben ajustarse al marco que impone la Constitución vigente y contar con "un amplio consenso".
"Ni el Bloque va a apoyar al PSOE ni éste va apoyar al BNG..."
Por su parte, Anxo Quintana coincidió con Touriño en que el PSdeG y el BNG tienen "la obligación" de intentar "con todas nuestras fuerzas" un pacto de gobierno, al opinar que "nadie entendería lo contrario y la sociedad gallega así lo votó". El independentista coincidió también en que este cambio no tiene que servir "para mirar para atrás", y se mostró dispuesto a dialogar también con Manuel Fraga, al considerar que representa a un partido "con el que habrá que contar para las cuestiones fundamentales" de Galicia.
Quintana descartó hablar de "condiciones o exigencias" a priori por parte del BNG para llegar a un pacto con los socialistas gallegos, al tiempo que matizó que no se trata de que el BNG deba apoyar un gobierno de Emilio Pérez Touriño. "Ni el Bloque va a apoyar al PSOE ni éste va apoyar al BNG, en Galicia lo que tiene que haber es un cambio plural y por lo tanto un gobierno conjunto", aseveró. Por estos motivos, precisó que en un gobierno conjunto "no se ponen exigencias y condiciones" y advirtió de que existen dos programas y dos proyectos políticos que son "diferentes, pero no incompatibles".
En posterior rueda de prensa, El portavoz nacional del BNG fijó lo que denominó las tres expectativas o criterios con los que su partido formará gobierno conjunto con el PSdeG: La elaboración de un nuevo "Estatuto de nación", que el Estado pague a Galicia su "deuda histórica" –que cifró 21.000 millones de euros– y generar un proyecto de "economía autocentrada". "Si algún responsable político en Madrid tenía la ilusión de que el resultado podría hacer que Galicia saliera barata, estaba equivocado de plano a plano ", avisó.