(Libertad Digital) "Excelentísimas e ilustrísimas autoridades. Señor presidente de Nueva Economía Fórum. Señoras y señores.
Es habitual cuando uno recibe una encomienda, preguntarse si la elección ha sido o no acertada y en esta ocasión no estamos ante la excepción que confirma la regla general. Señoras y señores, yo no sé si soy el más indicado para hacer el elogio personal de Rodrigo Rato, que es lo que me demanda la organización de este acto, pero créanme que tampoco tengo claro que no lo sea.
De lo que sin embargo sí estoy seguro es de que me siento muy honrado y además -y esto es muy importante, al menos para mí- muy contento. Bien es verdad que, me dicen, no puedo hablar más de 3 minutos y además se me indica que no haga política. Lo cual no sé si es bueno o no, y además me da igual. Lo que importa es que puedo hacer el resumen de lo que vi y de lo que siento.
La trayectoria vital, personal, profesional y política de Rodrigo Rato aún no acabó. Tiene, como yo, más de media vida por delante, como mínimo, pero nunca es mal momento para hacer balances parciales. Lo objetivo lo conocen ustedes, sobra por tanto el recordatorio, probablemente haya sido lo más determinante a la hora de este reconocimiento. Pero con ser importante lo objetivo, lo cierto es que lo que las personas dejamos de verdad es el cómo andamos por el mundo. Y aunque no hay mejor juez de uno que uno mismo, nunca sobran los apoyos exteriores para ayudar al mejor juicio, que es el de la propia conciencia.
Señoras y señores, Rodrigo Rato, al menos yo lo veo así, ha estado a las maduras, a las duras y, si ustedes me lo permiten, a las de pedernal, que no exactamente lo que es, pero sí puedo decirles que son un poco más duras que las duras.
Es buen compañero; es buen amigo y más que eso; es leal, tema no menor; da más que la talla en situaciones difíciles; es señor; tiene sentido del humor y espíritu deportivo; aspira a tener más paciencia y sentido de la indiferencia cuando es necesario -o sea, muchas veces- y más en un mundo como el que él ha elegido; es responsable; sabe; es culto; crea buenos equipos, ha tenido y tiene los mejores colaboradores; es buen gobernante, lo ha demostrado –comparen la España del 96 y la de hoy-, algo ha tenido que ver quien fue vicepresidente económico bajo la Presidencia de José María Aznar; es hombre de Estado, hoy dirige el Fondo Monetario internacional.
Y por todo eso, ha sido lo que ha sido y lo que es. Y sin duda tiene, como todos, defectos. Para contarlos, como suele ser habitual, siempre hay voluntarios. Así que me van a permitir que yo me abstenga de hacer el esfuerzo imaginativo para averiguarlos; esfuerzo que, por otra parte, nadie me ha pedido.