(Libertad Digital) No estaban en un baile de disfraces en la Plaza de San Jordi sino a la salida del Santo Sepulcro en Jerusalén. Allí había una tienda de recuerdos para los turistas y a Maragall le ocurrió la broma, tomó una corona de espinas y se la colocó a Carod Rovira. "Toma, te la mereces por ser la persona más...", aseguran que dijo.
Antes ya habían provocado recelos en las autoridades israelíes con el desplante de Carod en el homenaje a Isaac Rabin en Tel Aviv y con la retirada de la bandera española en la ofrenda floral a las víctimas del Holocausto. Luego llegarían las noticias de que el embajador de Israel exige la retirada de un libro en el que se compara el Holocausto con el muro de Cisjordania.
Pero Carod no fue el único en posar para Maragall. El presidente de la Generalidad seguía animado y busco otro candidato al que coronar con las espinas. También le fotografió. La escalada de provocaciones y desatinos durante la visita a Israel no ha dejado indiferente a nadie. Sobre el episodio de las fotos, el secretario general de CiU, Duran Lleida consideró que ha sido "un espectáculo vergonzoso" y una "charlotada".
Según el dirigente democristiano, es "hacer el payaso" y "no es digno de un presidente de la Generalitat ni de un conseller ni de un dirigente respetable de un partido político con representación parlamentaria".