L D (Europa Press) La ofrenda la hizo Maragall acompañado del consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, y del publicista Lluís Bassat, además del responsable de cultura del Ayuntamiento de Tel Aviv, Ariel Schummer. El acto supuso otro enfrentamiento de símbolos, ya que la corona de flores que se había preparado para la ofrenda lucía junto a la banda con la bandera catalana en la que se podía leer "Del Presidente de la Generalitat" otra, añadida con alfileres, de una bandera española que rezaba "Generalitat de Catalunya" en letras blancas.
Cuando Maragall hizo la ofrenda, la banda de la bandera española había desaparecido a instancias de la Generalidad. Fuentes del Gobierno catalán evitaron responsabilizar a la Embajada española en Tel Aviv dirigida por Eudaldo Miralpeix, a quien pidieron explicaciones por la presencia de la bandera española ante el monumento, cuando sólo estaba previsto que ondeara, como habitualmente en este lugar, la israelí.
Según la Generalidad, la Embajada sostuvo que fue el Ayuntamiento de la localidad quien decidió poner un mástil con la bandera española "sin que hayan sido consultados" ni el Gobierno catalán ni los servicios diplomáticos. La presencia de una banda con la bandera española en la corona de flores se explicó atribuyendo la responsabilidad a la floristería a la que se había hecho el encargo, que pagaba la Generalidad, desde la Embajada. Mientras duró el acto, Carod se mantuvo alejado de la presencia institucional junto al responsable de cooperación de la Generalidad, Albert Royo, y cuando Maragall y la comitiva se disponían a abandonar el lugar quiso rendir su particular homenaje a Rabin.
Se negó a responder a preguntas sobre la negociación con ETA
Carod también se desmarcará también de la comitiva oficial este viernes durante las horas que pasará Maragall en Jordania y que el líder de ERC aprovechará para "conocer la experiencia lingüística del gobierno israelí" para potenciar el uso del hebreo. El republicano irá a Belén para conocer de primera mano la política lingüística israelí, que consideró "interesante por la realidad sociolingüística" del país. Según Carod, las situaciones del catalán y el hebreo podrían ser comparables.
En una rueda de prensa en la que participaron Maragall, Carod, el embajador español y Bassat, el líder de ERC fue preguntado por una periodista free-lance sobre si apoyaría que el Gobierno israelí iniciara un proceso de negociación con Hamas, sin que éste dejara las armas. Carod rehusó hacer ningún comentario alegando que "cubro mi cupo sobre diálogo con informaciones relativas al Estado Español". "No lo compliquemos más", añadió.
El encuentro con los periodistas también supuso un problema para el embajador, ya que Lluís Bassat, que ya se encargó en 1988 de organizar la primera visita del entonces presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, al país destacó el trabajo de Miralpeix para el viaje de Maragall frente al "nulo apoyo" de la diplomacia española con el que hizo Pujol. Bassat sostuvo que "en aquella época las embajadas no daban ningún apoyo a los viajes del presidente de la Generalidad", mientras ahora hay un "apoyo total y una actitud extraordinaria". El embajador quiso evitar la polémica y enmendó el "pequeño error" de Bassat elogiando el "trabajo impecable" de sus predecesores.