L D (EFE) "Las condiciones generales, cardiorespiratorias y metabólicas del Santo Padre se mantienen sustancialmente invariables y por tanto gravísimas. Desde el alba de hoy ha comenzado a observarse un comienzo de la pérdida de la consciencia. Esta mañana, a las 7,30 horas local (05.30 GMT) ha sido celebrada la Santa Misa en su presencia", afirmó Navarro por la mañana.
Respecto a si había entrado en coma, Navarro precisó que Juan Pablo II tiene los ojos abiertos unas veces y otras cerrados y también cuando se le habla reacciona, "por lo que técnicamente no se puede hablar de estado de coma". "Desde primeras horas de hoy se observa que ha comenzado a perder la consciencia, pero ello no quiere decir que técnicamente esté en estado de coma. Simplemente, cuando se le habla abre los ojos y permanece consciente", dijo Navarro a una pregunta de la prensa internacional que sigue estos dramáticos momentos de la vida del Papa.
Con estas palabras, según observadores vaticanos, se descartó que se hayan dado las condiciones para hablar propiamente de que está vacante la Sede Apostólica. Sobre la pérdida de la consciencia, el cardenal Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio, afirmó este sábado tras visitar al Papa en sus aposentos que Juan Pablo II le dio "la última despedida" y le "agradeció" el trabajo realizado en estos años que ha estado a su lado.
"El Papa es consciente de que está a punto de pasar a manos de Dios. Le he visitado junto con otros colaboradores y me ha dado el último saludo de despedida y las gracias por el trabajo realizado en estos años", contó Ratzinger, el encargado de velar por la ortodoxia de la fe católica. El cardenal Achille Silvestrini, otro de los antiguos colaboradores de Juan Pablo II, también acudió este sábado a visitarle y a la salida contó que el Papa "ha dado señales de reconocer a las personas". Silvestrini le visitó junto al cardenal Jean Louis Tauran y según manifestó tenía el rostro "sereno". Los dos cardenales rezaron y agradecieron al Papa "por todo aquello que ha hecho". Antes de abandonar la habitación le besaron la mano.
El Papa y los jóvenes
Navarro Valls también se refirió a la concentración de miles de personas, en su mayoría jóvenes, durante toda la tarde y noche del viernes en la plaza de San Pedro para dar su apoyo al Papa en estos momentos de agonía. Emocionado, Navarro dijo que este viernes, Juan Pablo II tal vez tenía en su mente a los jóvenes con los que se ha encontrado en sus viajes por el mundo a lo largo de su Pontificado. "Parecía referirse a ellos cuando a través de sus palabras se ha podido reconstruir la siguiente frase: 'Os he buscado, ahora vosotros habéis venido a verme. Y os doy las gracias'".
Preguntado quienes le acompañan en estas difíciles horas, el portavoz señaló que Juan Pablo II está rodeado de sus dos secretarios privados, el arzobispo Estanilao Dziwisz y el religioso Mieczyslaw Mokrzycki, tres monjas, el médico personal, Renato Buzzonetti, y los doctores que también le curan. A Navarro le fue preguntado si es verdad, como publica la prensa italiana, que el Papa haya escrito una carta, la última, a sus colaboradores en la que les pide que no lloren por su muerte. El portavoz dijo que no podía confirmarlo, "ni siquiera tras hablar con don Estanislao", el secretario del Pontífice.
El Vaticano tiene previsto informar este sábado por la tarde de nuevo sobre la evolución del estado de Papa, una agonía que ha entrado en su tercer día y que está sacando de nuevo a la luz la fortaleza física del primer Papa eslavo de la historia de la Iglesia. El doctor Corrado Manni, que fuera anestesista de Juan Pablo II en las operaciones a las que fue sometido desde 1981 (tras el atentado de la Plaza de San Pedro donde fue tiroteado por el terrorista turco Ali Agca) hasta 1996, dijo que Karol Wojtyla tiene una "fibra extraordinaria" y que su resistencia está sorprendiendo a los médicos que le atienden. Manni dijo que vistas las condiciones descritas por el Vaticano "todo estaba prácticamente acabado" y que el fallecimiento del Papa era inminente, "pero no ha sido así gracias a la fortaleza de su aparato cardiovascular".