L D (EFE) La apelación, la más reciente acción legal en un proceso que se ha prolongado siete años y que ha pasado por las manos de 20 jueces, fue presentada ante un tribunal de Atlanta (Georgia), después de que esta madrugada un juez inferior no autorizara que se le reconectase el tubo a través del cual era alimentada. Schiavo, de 41 años, es el centro de una disputa legal entre sus padres, Bob y Mary Schindler, y su esposo, Michael, quien argumenta que prometió a su cónyuge cumplir con su deseo de no ser mantenida con vida artificialmente.
Todas las decisiones del proceso, que ha desatado una polémica nacional en la que el presidente George W. Bush y los republicanos han asumido una "batalla por la vida" de la mujer y han promulgado una ley al respecto, han favorecido a Michael Schiavo. Por su parte, Bobby Schindler, hermano de Terri Schiavo, dijo que su familia estaba "deshecha" por el fallo judicial y que "tener que presenciar cómo mis padres sufren todo esto es absolutamente un acto de barbarie".
Mientras tanto, Howard Simon, director de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU, en inglés), que apoya el "derecho a una muerte digna", alabó la decisión del juez federal. "Lo que hizo el magistrado fue proteger la libertad de los estadounidenses a tomar sus propias decisiones sobre cómo morir (en casos extremos como éste) sin la intromisión de los políticos", dijo.
La mujer ha sido desconectada y vuelta a conectar tres veces. La última desconexión fue decidida el pasado viernes por el juez estatal George Greer, magistrado principal en el estado de Florida del polémico caso. Los padres de Terri suplicaron entonces la intervención de legisladores y del presidente Bush, quien en la madrugada del lunes promulgó la "Ley para aliviar a los padres de Teresa Marie Schiavo", aprobada por el Congreso estadounidense, de mayoría republicana. Todas las decisiones del proceso, que ha desatado una polémica nacional en la que el presidente George W. Bush y los republicanos han asumido una "batalla por la vida" de la mujer y han promulgado una ley al respecto, han favorecido a Michael Schiavo. Por su parte, Bobby Schindler, hermano de Terri Schiavo, dijo que su familia estaba "deshecha" por el fallo judicial y que "tener que presenciar cómo mis padres sufren todo esto es absolutamente un acto de barbarie".
Mientras tanto, Howard Simon, director de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU, en inglés), que apoya el "derecho a una muerte digna", alabó la decisión del juez federal. "Lo que hizo el magistrado fue proteger la libertad de los estadounidenses a tomar sus propias decisiones sobre cómo morir (en casos extremos como éste) sin la intromisión de los políticos", dijo.
La ley dio la oportunidad a los padres a recurrir ante la primera instancia de los tribunales y el caso pasó, por sorteo, a manos del juez James Whittemore, quien esta madrugada dictaminó que Bob y Mary Schindler no habían logrado convencerlo con sus argumentos y rechazó la solicitud para reconectarla.