L D (Europa Press) En un desayuno con los periodistas catalanes desplazados a la capital uruguaya, Maragall señaló que "pasara lo que pasara en Barcelona, llueva o nieve, tenía que estar aquí", en la toma de posesión de un gobierno "amigo", pero admitió que reducirá la estancia --llegará a Barcelona el jueves-- porque "es bueno estar allí" con "todo lo que está pasando".
Con la frase "de Cataluña no hablaré", Maragall rehusó referirse al enfrentamiento que estalló el jueves en el Parlament al hacer sostener el presidente que "el problema de CiU es el 3%", en referencia al supuesto cobro de comisiones ilegales por parte del anterior Gobierno de la federación nacionalista. Para Maragall "hay que dejar reposar el soufflé, porque si no, nos haremos daños unos y otros y no sacaremos nada bueno".
Por ello, se manifestó partidario de aplicar "toda la vaselina" y "la experiencia que tenemos de sortear situaciones de crisis, que tenemos bastante todos, porque lo que está pasando no es bueno para Catalunya". Maragall admitió que la polémica y los cruces de acusaciones y amenazas de querellas "no ayudan" en la redacción del Estatuto y su posterior negociación en Madrid, y recordó que "es más importante el Estatut que el suflé".
Para Maragall, lo que está pasando "no es fruto de un conflicto de intereses, sino un accidente, seguido de otros accidentes políticos" y, por eso, "esto se tiene que dejar bajar", misión a la que el cargo le "obliga". No obstante, sí dejó claro que lo que ocurrió en el Parlamento no es más que "una derivada infinitesimal de una situación que existe y que tenemos que analizar, y no a gritos". En este sentido, Maragall se comprometió a hablar "de lo que yo creo que es el escenario de la política catalana en el que esto sucede, de sus causas remotas, el por qué pasa y qué precedentes tiene". Admitió que lo que está pasando es "muy duro, muy fuerte" y sostuvo que "no puede ser que cada día haya una nueva declaración, una nueva denuncia, una nueva intriga. No puede ser".
Por ello, señaló que "el interés del cargo que ostento hoy es el de no hablar", de "rebajar las tensiones", y de que "cada uno haga su trabajo, que el Gobierno gobierne, que el Parlamento investigue el accidente del Carmel con la comisión de investigación y que, todos aquellos que quieran hacer alguna cosa en uno u otro aspecto, que lo haga, si quiere hacerlo", en referencia a las diligencias abiertas por la Fiscalía a raíz de las palabras de Maragall para averiguar si hubo cobro de comisiones ilegales por parte de CiU. "Si vamos a la anécdota, saldrán otras y lo que trato es de desenredar" la situación y analizar "qué ha pasado, por qué y qué se puede hacer", insistió el presidente de la Generalidad ante las preguntas de los periodistas.
Pese a todo, Maragall se manifestó convencido de que las cosas se pueden reconducir "por descontado" y conseguir que el Estatuto se apruebe en Cataluña en los plazos previstos en la cumbre de Miravent. Sobre la posibilidad de adelantar una nueva reunión de líderes catalanes, Maragall se limitó a recordar que hay una cumbre convocada para cuando se acaben los trabajos de la primera lectura del nuevo texto estatutario y que situó a finales de abril inicios de mayo para "valorar dónde estamos y qué problemas nos quedan".