L D (Agencias) El presidente del PP catalán, Josep Piqué, ha exigido la dimisión del presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, por sus acusaciones de corrupción al anterior gobierno de CiU, y auguró "muy mal" futuro al Estatut, al tiempo que consideró "imprescindible" que la Fiscalía actúe tras los comentarios de Maragall.
Piqué no descartó impulsar una moción de censura contra el presidente de la Generalidad, aunque admitió que su grupo no dispone del peso parlamentario suficiente para hacerlo y que le costaría mucho "dar apoyo" a Artur Mas como candidato alternativo. Aunque mostró un "gran respeto personal e institucional por Maragall", el líder popular consideró "indispensable" su dimisión, al tiempo que denunció que "el oasis catalán no es nada más que un entramado de intereses cruzados entre PSC y CiU que afecta no sólo a la obra pública", sino también a "la sanidad o la educación".
Piqué dijo que tras "la gravísima acusación de corrupción al anterior gobierno de CiU" hecha ayer por Maragall, espera que la comisión de investigación sobre lo sucedido en el Carmel sirva también "para dilucidar qué hay de cierto o no en esta acusación" y subrayó que, con independencia de las conclusiones de la comisión, "todos los escenarios nos llevan a solicitar la dimisión del presidente de la Generalidad".
El ex ministro señalaba que "si la acusación no es cierta, Maragall mintió en sede parlamentaria y de manera muy irresponsable. Si es cierta, pero se retira ante lo que fue un claro chantaje político (de Artur Mas), creo que Maragall no es digno de ocupar este cargo". Reiteró que "si es cierto, pero no se puede demostrar, no se puede afirmar en sede parlamentaria, porque es una terrible frivolidad política", y que "si es cierto y lo puede demostrar, Maragall debería ir inmediatamente a los tribunales si lo sabe desde hace poco; porque si lo sabe desde hace tiempo, sería un encubridor".
Piqué insistió en que "sea cual fuere el escenario, y lo digo con gran dolor de corazón, creo que la dimisión es absolutamente indispensable, y a la vista de lo que vimos la actuación de la fiscalía es absolutamente imprescindible", sentenció Piqué, quien pidió también que la fiscalía analice las "acusaciones de corrupción" del consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, a CiU.
El presidente del PP catalán auguró, por otra parte, "muy mal" futuro al Estatuto catalán, y dijo que no tenía otro remedio que ser "profundamente pesimista" respecto a su reforma. Piqué dijo que "si no investigamos esto (las acusaciones de Maragall) y se va haciendo un proceso de reforma del Estatut sobre el cual planee la sospecha de que se hace sobre la base de pactos inconfesables, estamos haciendo un mal servicio".
Piqué no descartó impulsar una moción de censura contra el presidente de la Generalidad, aunque admitió que su grupo no dispone del peso parlamentario suficiente para hacerlo y que le costaría mucho "dar apoyo" a Artur Mas como candidato alternativo. Aunque mostró un "gran respeto personal e institucional por Maragall", el líder popular consideró "indispensable" su dimisión, al tiempo que denunció que "el oasis catalán no es nada más que un entramado de intereses cruzados entre PSC y CiU que afecta no sólo a la obra pública", sino también a "la sanidad o la educación".
Piqué dijo que tras "la gravísima acusación de corrupción al anterior gobierno de CiU" hecha ayer por Maragall, espera que la comisión de investigación sobre lo sucedido en el Carmel sirva también "para dilucidar qué hay de cierto o no en esta acusación" y subrayó que, con independencia de las conclusiones de la comisión, "todos los escenarios nos llevan a solicitar la dimisión del presidente de la Generalidad".
El ex ministro señalaba que "si la acusación no es cierta, Maragall mintió en sede parlamentaria y de manera muy irresponsable. Si es cierta, pero se retira ante lo que fue un claro chantaje político (de Artur Mas), creo que Maragall no es digno de ocupar este cargo". Reiteró que "si es cierto, pero no se puede demostrar, no se puede afirmar en sede parlamentaria, porque es una terrible frivolidad política", y que "si es cierto y lo puede demostrar, Maragall debería ir inmediatamente a los tribunales si lo sabe desde hace poco; porque si lo sabe desde hace tiempo, sería un encubridor".
Piqué insistió en que "sea cual fuere el escenario, y lo digo con gran dolor de corazón, creo que la dimisión es absolutamente indispensable, y a la vista de lo que vimos la actuación de la fiscalía es absolutamente imprescindible", sentenció Piqué, quien pidió también que la fiscalía analice las "acusaciones de corrupción" del consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, a CiU.
El presidente del PP catalán auguró, por otra parte, "muy mal" futuro al Estatuto catalán, y dijo que no tenía otro remedio que ser "profundamente pesimista" respecto a su reforma. Piqué dijo que "si no investigamos esto (las acusaciones de Maragall) y se va haciendo un proceso de reforma del Estatut sobre el cual planee la sospecha de que se hace sobre la base de pactos inconfesables, estamos haciendo un mal servicio".