(Libertad Digital) A través de una carta "urgente", el embajador Carlos Miranda da cuenta del paso del ex presidente del Gobierno por Londres y de su agenda para los próximos días en Estados Unidos. La misiva está firmada el 31 de enero y concluye con "un fuerte abrazo" a Moratinos. Comienza: "Querido ministro, ayer pasó por Heathrow, camino de Washington, el ex presidente del Gobierno Aznar (sic), acompañado de un numeroso party entre los que estaban Pedro Schwartz y Rafael Bardají".
Incluye un repaso pormenorizado y valorativo, según señala La Razón, de la visita de Aznar a Londres, en tránsito hacia EEUU. Así, recoge que "Aznar me dijo que estaría en Estados Unidos una docena de días. Esta semana la dedicará a impartir sus clases en Georgetown University (dos clases cada día). Luego hará una gira que terminará en Chicago".
Frases textuales de conversaciones privadas
La carta incluye también las primeras valoraciones de Aznar y sus compañeros de viaje al conocer el dato estimativo de participación en las elecciones en Irak y su interés por conocer la fecha aproximada de los comicios en el Reino Unido: "El ex Presidente se interesó mucho por la fecha de las elecciones en el Reino Unido. El grupo reaccionó con extraordinaria satisfacción ante la noticia de las primeras estimaciones de participación en las elecciones iraquíes, que se elevaba entonces al ochenta por ciento, aunque luego paulatinamente se han rebajado a un sesenta por ciento, considerando así reivindicada la intervención militar".
No sólo se centra en el ex presidente del Gobierno sino que Carlos Miranda llega a incluir en su carta al ministro frases textuales de una conversación que mantuvo con Pedro Schwartz, uno de los acompañantes de Aznar. El diario señala que el diplomático refleja "con puntillosa pulcritud hasta los más nimios detalles de la conversación: "Pedro Schwartz me señaló que acudía a una reunión en Washington en parte promovida por la FAES, sobre un tema sin duda de gran interés, relativo al estudio del entramado económico que “une a dos orillas del Atlántico Norte” (el entrecomillado es del embajador, destaca La Razón). Me indicó que, por ejemplo, hay más inversiones de Estados Unidos en Irlanda que en China".
En la carta no consta que el informe sobre las actividades privadas de Aznar se haga a petición del ministro o por iniciativa del embajador.
Valoraciones políticas sobre Aznar para uso de Moratinos
Las primeras reacciones a este seguimiento del Gobierno del PSOE a Aznar las ha recogido La Mañana de la Cope. El portavoz de Asuntos Exteriores del PP no entiende por qué tiene se tiene que informar al ministro Moratinos "de una visita de una persona que no tiene cargo publico, decir exactamente lo que va a hacer, cuáles son sus opiniones". A juicio de Gustavo de Arístegui, "es evidente que (el embajador) hacía una valoración política para que a su vez el ministro de Exteriores pudiera hacer uso de esas opiniones políticas del señor Aznar. Desde luego la noticia nos mueve a analizar con más cautela esto de lo que habitualmente se podría ante una carta entre el embajador de España en cualquier parte del mundo y su jefe, el ministro".
Arístegui ha desvelado que "consntamente el Gobierno y el Ministerio de Asuntos Exteriores les dice a los embajadores que son terminales políticos". Una actitud que ha calificado de "disparate" cuando se trata de representantes del Estado, de todas las administraciones y de todos los españoles, no sólo del Gobierno de España. A su juicio, la utilización partidista de la diplomacia, "por ejemplo el haberse cargado las oposiciones, que son el único modo obetivo de ingreso en la Administración Publica, nos dice claramente por donde va este Gobierno".
Carrera diplomática a la sombra de Felipe González
La carta con els seguimiento a Aznar está firmada por un diplomático de marcado acento político. Considerado amigo personal de Felipe González, con la llegada del PSOE al poder en 1982, Carlos Miranda se convirtió en una "personalidad influyente en el diseño de la política exterior de los Ejecutivos que presidió González", apunta La Razón.
El diario repasa su biografía y su carrera diplomática. Destaca que es aristócrata, diplomático de carrera y socialista de corazón, y que "es conocido por ser el director general de Iberoamérica que en un viaje oficial de el Rey a Brasil le entregó para leer un discurso que había elaborado con anterioridad para el entonces presidente de Gobierno, Felipe González. Corría el año 1983 y el conde de Casa Miranda y de la Casa Real de la Moneda fue destituido de un puesto al que había accedido con la llegada de su amigo González a La Moncloa".
Tras "la metedura de pata con el discurso Real, que a cualquier otro le habría costado la cabeza, al amigo personal de González le supuso su paso al Ministerio de Defensa como asesor diplomático de Narcís Serra, con el que entabló una estrecha relación". Tres años después, en 1986 regresó a Exteriores como director general para Asuntos de Seguridad. En 1991 fue nombrado embajador de España ante la OTAN. En ese periodo, señala La Razón, fue asesor del matrimonio González, "es más, según algunas personas, la mujer de Miranda tenía un despacho en la sede del PSOE en Madrid".
Críticas a Aznar en su despedida de Bruselas
Con el triunfo electoral del PP en 1996, y debido a que llevaba en su puesto en Bruselas el tiempo máximo permitido, cinco años, abandonó la capital europea. En su despedida, "leyó un discurso plagado de críticas personales contra Aznar, que acababa de llegar a la Presidencia. El tono de las descalificaciones fue tan duro que un diplomático alemán comentó que en su país, un diplomático en activo que públicamente criticara de esa manera al presidente, habría sido expulsado de la carrera".