L D (EFE) La hambruna azota cada año al pequeño país comunista asiático, de 120.400 kilómetros cuadrados con sólo un 18 por ciento cultivables para alimentar a 23,3 millones de personas. Sus vecinos de Corea del Sur, con un sistema económico capitalista, gozan de niveles de vida equiparables a los del mundo occidental.
Sin embargo, la última cosecha de 2004 fue la mejor de los últimos años, según Bourke, que señaló que el país había incrementado su producción doméstica sustancialmente en los últimos cuatro años. "Todavía hay una sustancial falta de alimentos. La diferencia entre lo que producen y lo que necesitan, en números redondos, es de un millón de toneladas", prosiguió Bourke.
Las cosechas norcoreanas alcanzan anualmente, según el WFP, los 4 millones de toneladas, mientras que las necesidades son de 5 millones, una carencia que seguirá siendo "un problema a largo plazo". El hecho de que las raciones del SPD se hayan reducido ya, hacen prever un mal 2005, ya que el momento de mayor carestía suele ser entre mayo y septiembre, hasta que se inician las cosechas.
"Parece que en febrero" podría empezar la hambruna, vaticinó Bourke, que señaló que "el Gobierno norcoreano debería aumentar el aprovechamiento de cada cosecha, y eso es difícil". El Programa suministra alimentos a través del SPD, ya que éste llega a los más necesitados, sobre todo el 65 por ciento de población urbana del país más hermético del mundo que dependían de las factorías urbanas, en proceso de desmantelación.
La situación en Corea del Norte ha sido equiparada por la ONU con las de Darfur (Sudán) y Cuba, también comunista, ya que un 40 por ciento de los niños norcoreanos sufren problemas de desarrollo y un 8 por ciento se encuentran totalmente desnutridos, según datos del WFP de 2002.
El Programa alimenta a diario a unos 6,5 millones de norcoreanos, un 25,7 por ciento de la población, a través de proyectos en los que se intercambian alimentos por trabajo. Desde 2002, Corea del Norte sufre la interrupción de la ayuda energética tras reconocer Pyongyang a EEUU la existencia de un programa nuclear.
Sin embargo, la última cosecha de 2004 fue la mejor de los últimos años, según Bourke, que señaló que el país había incrementado su producción doméstica sustancialmente en los últimos cuatro años. "Todavía hay una sustancial falta de alimentos. La diferencia entre lo que producen y lo que necesitan, en números redondos, es de un millón de toneladas", prosiguió Bourke.
Las cosechas norcoreanas alcanzan anualmente, según el WFP, los 4 millones de toneladas, mientras que las necesidades son de 5 millones, una carencia que seguirá siendo "un problema a largo plazo". El hecho de que las raciones del SPD se hayan reducido ya, hacen prever un mal 2005, ya que el momento de mayor carestía suele ser entre mayo y septiembre, hasta que se inician las cosechas.
"Parece que en febrero" podría empezar la hambruna, vaticinó Bourke, que señaló que "el Gobierno norcoreano debería aumentar el aprovechamiento de cada cosecha, y eso es difícil". El Programa suministra alimentos a través del SPD, ya que éste llega a los más necesitados, sobre todo el 65 por ciento de población urbana del país más hermético del mundo que dependían de las factorías urbanas, en proceso de desmantelación.
La situación en Corea del Norte ha sido equiparada por la ONU con las de Darfur (Sudán) y Cuba, también comunista, ya que un 40 por ciento de los niños norcoreanos sufren problemas de desarrollo y un 8 por ciento se encuentran totalmente desnutridos, según datos del WFP de 2002.
El Programa alimenta a diario a unos 6,5 millones de norcoreanos, un 25,7 por ciento de la población, a través de proyectos en los que se intercambian alimentos por trabajo. Desde 2002, Corea del Norte sufre la interrupción de la ayuda energética tras reconocer Pyongyang a EEUU la existencia de un programa nuclear.