(Libertad Digital) Han sido quizá dos de las respuestas más largas escuchadas en la comisión del 11-M. El presidente del Gobierno ha esgrimido dos informes elaborados por la Comisaría General de Información, dependiente directamente del Ministerio del Interior. Advirtió que sólo iba a leerlos, no a valorarlos. En cualquier caso, la conclusión después de innumerables detalles, siempre fue la misma: el azar y la casualidad lo explica todo. Pero la deducción de la Comisaría General llega de forma abrupta, sin aportar una lógica al relato de los hechos.
1. El callejón de Trashorras
“Quiero dar toda la información porque hoy puedo aportar un informe de la Comisaría General de Información que le pasó al presidente (de la comisión)”. Así comenzó Zapatero su larga lectura de textos.
“Las informaciones que en los últimos meses establecen relaciones con Trashorras y los comandos Egoitz eta Hodei se basan en circunstancias puntuales”. Dice el informa que no hay más conexión que el “mero azar”. Se remarca, dice Zapatero, que desde el inicio de ETA, los terroristas de esta banda nunca han necesitado colaboración para robar vehículos destinados a atentados: “eligen marcas que conocen por los cursillos”. En este sentido se refiere al Renault 19 del que detalló las matrículas verdadera y doblada (O-1149-AW y S-2701-W, respectivamente), modelo habitual usado por ETA. Según el informe leído, “el hecho de que un liberado (etarra a sueldo) solicitara colaboración no haría sino aumentar su vulnerabilidad sobre todo si el colaborador esta seguido por ser un delincuente común”, es decir, por lógica histórica, sin lugar a una eventual excepción.
Además, dice que según la Comisaría General, “la presencia de activistas de ETA en Asturias no es aislada”. Pasó después a detallar los movimientos del grupo “Egoitz eta Hodei” y del terrorista Jokin Echevarria para perpetrar el atentado con coche bomba en un aparcamiento de Santander. Aquí no aportó novedad alguna prolongando su intervención de forma innecesaria y motivando la protesta del portavoz del PP Eduardo Zaplana. Pero siguió leyendo insistiendo que se limitaría a ello sin hacer valoración alguna.
2. Coincidencia de presos en la cárcel de Villabona.
Después de decir “yo estoy aquí el tiempo que sea”, el presidente del Gobierno relató la versión de la Comisaría General sobre la relación entre Jokin Echevarria y Rafa Zouhier. “La coincidencia de dos reclusos –dice el informe leído por Zapatero– no supone que pueda derivar una relación”, y si es así –añade– “no parece viable que se tratara la compra venta de explosivos pues ETA lo considera labor exclusiva suya, no de delincuentes comunes”.
Recuerda el informe y el propio Zapatero los robos de ETA en los polvorines franceses de Plevin y cómko desde entonces, la banda usa amonal, amosal y Titadine. Después –detalla– lo alternan con cloratita. El redactor del informe que leyó Zapatero relata que ETA disponía de unos 2.500 kilos de dinamita por lo que “resulta ridículo que necesitara la dinamita de Trashorras”.
Queda claro, según los TEDAX, que en el atentado de Santander se usaron 40 kilos de explosivo con temporizador fabricado por ETA con un reloj CASIO como temporizador. Dice que la entrega viene marcada desde Francia y se efectúa en las inmediaciones de la localidad cántabra Solares cerca de un concesionario de coches. En definitiva, y después de una larga exposición de detalles ya conocidos, dice Zapatero (o el informe que él lee): “Los datos permiten determinar la inexistencia de pruebas que permita siquiera sospechar de la relación entre el comando etarra y la dinamita usada el 11 de marzo”. No hay otra dinamita usada por ETA, concluye el texto, “que no sea la robada en territorio francés” más la habitual cloratita. Tampoco hay otra relación con personas “salvo, sobre todo el País Vasco y Cataluña, de elementos de ideología afín abertzale”. Si se robó el coche en el callejón de Trashorras fue por azar y obedeció “a cuestiones de seguridad”. Tras ello, hablo Zapatero sin leer: “Después de tantos meses de hablar del famoso coche era hora de leer este documento del que no voy a hacer valoraciones”.
3. Las dos caravanas terroristas
“Me gustaría responder sí o no”, dijo Zapatero a la pregunta de si había relación entra la caravana de ETA interceptada en Cañaveras y la que partió de Asturias hacia Madrid. “Me remito –dijo de nuevo con pretendida objetividad– a los informes oficiales”. Así, como antes, “la Comisaría General de Información ha hecho un exhaustivo informe” que también entregó y pasó a leer. “No añadiré nada”, recordó.
Según leyó el presidente del Gobierno, el informe de Interior comienza diciendo que “ciertas interpretaciones pretenden establecer una relación”. Así que el texto lo que hace es tratar de demostrar lo contrario a posteriori. “Si bien es cierta la coincidencia –dice– no hay más datos objetivos que el mero azar” y que “no resulta extraño” que coincidieran atentados “en la plena campaña de las elecciones, en busca de publicidad”. Además, “por la naturaleza del material” se deduce la “inexistencia de cualquier tipo de conexión y contacto”. La furgoneta de ETA llevaba 506 kilos de cloratita, 30 de titadine y 90 metros de cordón detonante. El de la caravana de los islamistas era dinamita goma 2 sin manipulación en cantidad de 200 kilos sustraídos en una mina de Tineo en Asturias. Es todo. Tras relatar el recorrido de ambas caravanas, deduce también que el hecho de que ETA tuviera un plano del corredor del Henares respondía a puntos de contacto entre la lanzadera (coche que precede a la carga explosiva) y la furgoneta, no a un objetivo.
4. Ismail Targú: “Perdón, ¿quién ese islamista?”
El portavoz popular preguntó a ZP si conocía ya si el jefe de ETA, Mikel Antza, es o no la persona a la que se refiere el terrorista islamista Ismail Targú en la carta que envía al etarra Urrusolo Sistiaga , lo que provocó las dudas del presidente del Gobierno, que titubeó y preguntó a Zaplana a qué se refería: "perdón, ¿quién es ese islamista?" Aunque enseguida volvió a evadir la respuesta aludiendo al informe de Instituciones Penitenciarias en el que dijo que están referidas seis comunicaciones entre presos etarras e islamistas antes del 11 de marzo. Para terminar, una vez más, con la frase: “Del análisis del contenido del informe se deduce que no se puede establecer una relación entre terrorismo islámico y terrorismo etarra”, repetida en diversas ocasiones a lo largo del interrogatorio.
La pregunta de Zaplana se refiere a la carta –revelada por el diario El Mundo– que recibió José Luis Urrusolo Sistiaga en la prisión de Soto del Real remitida por un islamista preso en Francia, Ismail Targú. Se quejaba del poco peso de las tesis de "Mikael" expuestas en sus “ensayos”. El apodo "Antza" es el seudónimo con el que firmaba sus artículos de crítica literaria escritos en euskera en el semanario Argia y otras publicaciones. Colaborador del diario Egin e integrante del grupo editor de la revista literaria Suso, dirigió varias obras de teatro, publicó ensayos y una recopilación de cuentos titulada Odolaren usaina (El olor de la sangre).