(Libertad Digital) La intervención de José María Aznar ante la comisión de investigación concluyó a las ocho menos diez de la tarde; más de diez horas y media de duración, pues, lo que la convierte (si se tiene en cuenta, además, que el protagonista era un ex presidente del Gobierno) en una comparecencia sin precedentes en la historia parlamentaria española.
Los ejes del discurso de Aznar en la comisión, así como de las respuestas que ofreció a los comisionados, fueron, en resumen, los siguientes:
1. EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Tanto en el discurso inicial como en varias de sus respuestas, el ex presidente del Gobierno dejó claro –aunque evitando nombrar a la Cadena SER– que entre el 11 y el 14 de marzo se produjo la fabricación de lo que denominó "la gran mentira", con tres terroristas suicidas y el conocimiento de un vídeo reivindicativo antes de que se encontrara como ingredientes destacados de la misma.
Aznar acusó a "partidos de la oposición y medios de comunicación conocidos por su delirante obsesión contra el Gobierno del PP" de "fabricar una gran mentira", "jugar a desestabilizar" y utilizar la jornada de reflexión para "alentar el acoso organizado contra un partido democrático". "Mintieron y fabricaron una gran mentira", reiteró. Aznar quiso contrastar la "mentira" vertida en estos medios: la "falsa información sobre los terroristas suicidas"; la acusación al Gobierno de ocultar la información obtenida gracias a la aparición de la furgoneta de Alcalá; la información sobre una "dimisión masiva" de los responsables policiales, la "fabricación" del inexistente encuentro de Acebes con el Rey para decretar la suspensión de las elecciones y el anuncio de que la Casa Blanca iba a hacer público un comunicado en el que informaba de la autoría de Al Qaeda.
Según el ex presidente, se buscaba "la pistola humeante de la supuesta mentira del Gobierno"; asimismo, subrayó que "después de meses de investigación esa evidencia no ha aparecido". "Los autores de esa información han sido recompensados recientemente por sus servicios a la causa con un premio Ondas, que es como decir 'miente, miente lo más miserablemente que puedas, todo lo que se te ocurra, con tal de servir a la causa, que serás recompensado e igual hasta te llevas un premio'", añadió.
La Cadena SER, este lunes por la noche –en Hora 25, el espacio de Carlos Llamas–, ha encontrado su polémica fonoteca y ha emitido cortes para tratar de probar que sus exclusivas no eran propias sino oficiales.
2. LA IMPREVISIÓN. Fue otro de los ejes tanto de Aznar como de los grupos parlamentarios que preguntaban. Pero el argumento también era nítido: "El pitorreo del comando Dixán", en palabras del ex presidente del Gobierno. Lo introdujo Eduardo Zaplana: "¿Conoce la expresión comando Dixán?". “En esta misma Cámara –recordó oportunamente Aznar– Zapatero me dijo si yo era capaz de sostener que los detenidos en Barcelona eran una célula Al Qaeda”, y “el señor Caldera que si los terroristas pensaban atacar con detergente”, aludiendo “al comando Dixán”. También citó una frase pronunciada por Llamazares en sede parlamentaria: “A este paso cualquiera que sea un poco moreno y que quiera colaborar en las tareas del hogar va a ser detenido por ustedes por ser miembro de Al Qaeda”.
La mención a esta acepción burlesca que brindó la oposición a una operación antiterrorista contra los denominados "salafistas" en Cataluña fue comentada así por el ex presidente: "¿A qué viene, entonces, todo el pitorreo del comando Dixán, el pitorreo del jabón, cuando tenían temporizadores, material susceptible de convertirse en explosivo, teléfonos móviles manipulados, libros sobre la Yihad, documentación sobre el 11-S? ¿Es normal? ¿Eso es lo que llevan los que se van a dedicar a las labores del hogar?".
3. EL OBJETIVO: MATAR Y VOLCAR EL PROCESO ELECTORAL. Ya lo había expuesto a lo largo de la mañana, pero insistió a Jordi Jané (CIU) durante el turno de cierre con todos los grupos. Aznar mostró su convencimiento de que, si las elecciones se hubieran realizado el 7 de marzo, el atentado se hubiera producido el día 4; y de que si se hubieran realizado el 21 de marzo, el atentado se hubiera producido el día 18.
“El 11 de marzo no es una fecha inocente”, afirmó. “La finalidad era asesinar gente y afectar al proceso electoral. Si a nosotros, al Gobierno, los servicios de información nos hubiesen dicho que el atentado era obra de un grupo islámico, lo hubiese sabido la opinión pública. Pero todo el mundo sabe que la intencionalidad del atentado era afectar al proceso electoral, además de matar, y eso afecta ahora a todas las democracias del mundo”, advirtió. Las fechas expuestas en el párrafo anterior son los días que se barajaron para convocar las elecciones.
3. LA REFLEXIÓN Y EL VENTILADOR DE CUESTA. Pese a que el comisionado del PSOE trató de girar el argumento del acoso antidemocrático hacia los miembros de su partido, Aznar también dejó sólidamente asentado que fueron las sedes del PP las que sufrieron el asedio, con unas manifestaciones "que dudo fueran espontáneas".
“No fueron las sedes de otros partidos las que se vieron cercadas el mismo día, a la misma hora y en toda España, que ya es casualidad. ¿Por qué no se quiere saber la verdad sobre eso?”, se preguntó el anterior jefe del Ejecutivo. Asimismo, demandó que comparezcan ante la Comisión las personas “que saben de dónde venían las convocatorias, las personas que saben de dónde venían esas llamadas”. En este sentido, reiteró: “Pido que se investigue y se diga a la opinión pública” todo lo que ocurrió el día de reflexión. Además, enumeró los procesos abiertos en este sentido, con 22 cargos políticos implicados, entre ellos 17 socialistas y 4 de IU.
"No me diga –le dijo a Cuesta– que en las sedes del PSOE sentían un gran acoso". Aznar dijo que "la guinda la puso el señor Rubalcaba, que acusó al Gobierno de mentir" en su comparecencia pública de la noche del 13 de marzo, y recordó que entre los bulos que se difundieron en los cuatro fatídicos días de marzo se contaba el que decía que el Gobierno (Acebes, concretamente) había presentado al Rey un decreto para suspender las elecciones generales.
Cuesta, por su parte, le acusó de "poner en marcha un ventilador de infamias" y de cuestionar el resultado electoral del 14-M, "introduciendo subrepticiamente una suerte de deslegitimación", así como de "echar la culpa a los de abajo".
4. ETA Y EL TERRORISMO ISLÁMICO. Ocho meses después de la matanza de Madrid, el entonces presidente del Gobierno no abandonó la primera impresión. Quizá la respuesta más significativa la recibió también el socialista Cuesta, cuando Aznar le preguntó: “¿Usted está en condiciones de afirmar que no hay ninguna conexión? Porque yo no lo sé, y como no lo sé –prosiguió– pido que se investigue”. Poco después, en el turno de cierre, dirigió otra pregunta al comisionado de CiU Jordi Jané: "¿A usted no se le encienden las alarmas cuando aparece un nombre y un teléfono en la agenda de un terrorista? ¿Lo tiene para felicitarle el cumpleaños?".
Las menciones de Aznar a las últimas revelaciones del diario El Mundo –contrastadas ya en sumario judicial– fueron abundantes. Repasó las coincidencias de las caravanas de la muerte –la interceptada en Cañaveras y la procedente de Asturias–, y cómo en aquél momento era un dato de gran importancia. También destacó que, según se ha demostrado, los proveedores de explosivos para ETA y los islamistas eran comunes, y que los presos etarras e islamistas tenían relación en las cárceles. En suma, esgrimió las revelaciones que han sido despreciadas por el resto de comisionados desde que comenzaron sus trabajos, sin olvidar lo que ya se apreció en su momento: Chamartín y el Intercity de Irún, las mochilas de Baqueira Beret, las mochilas contra centros comerciales interceptadas en la carretera de La Coruña y la citada furgoneta de Cañaveras. Por cierto, olvidó citar expresamente el intento contra la Torre Picasso.
5. LA GUERRA DE IRAK. El ex presidente también tuvo la oportunidad de desmontar el argumento de que el 11-M se debió al apoyo de su Gobierno a la intervención para derrocar al dictador iraquí Sadam Husein. En esta materia sorprendió el elogio del socialista Álvaro Cuesta al comportamiento de George W. Bush en la comisión sobre el 11-S. Aznar no pudo evitar bromear con estas alabanzas por parte de un miembro del PSOE: “Yo comprendo que los deseos de restablecer relaciones que ustedes mismos, en las calles y otros sitios, han destrozado deben ser muy intensas, pero escuchar halagos a Bush, calificándole de líder mundial, es verdaderamente admirable. Transmítanlo rápidamente, a ver si tienen más suerte que hasta ahora”. Abandonando la ironía, agregó: “Pero Bush tuvo la suerte de que la oposición nunca le hizo responsable de esos atentados”.
“A mí me hicieron responsable ya con los atentados de Casablanca, con la guerra de Irak; me han acusado de alentar un golpe de Estado en Venezuela. Tengan la decencia de tener un límite, no elogien en los demás lo que ustedes niegan en su propio país. Nadie acusó en EEUU al presidente, incluso la oposición estuvo a la altura de las circunstancias. Ustedes no han estado a la altura. Ustedes dijeron que si nos marchábamos de Irak se acaba la amenaza y eso era mentira, como las furgonetas, los suicidas... todo eran mentiras”, afirmó.
6. LAS FUERZAS DE SEGURIDAD. También hizo referencia a las noticias aparecidas en El Mundo sobre la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Asturias en la investigación del 11-M. Aznar ha pedido a los españoles que se acuerden de la Guardia Civil "que liberó a Ortega Lara" y desbarató "el aparato de finanzas de ETA". "Luego, si ha habido irregularidades en la investigación que se depuren", agregó, antes de volver a defender el nombre de las Fuerzas de Seguridad y su actuación en la lucha contra el terrorismo. Además, pidió "que no se impute ni a la Policía ni a la Guardia Civil una responsabilidad colectiva que no tienen".
Por otro lado, TVE decidió, esta vez en directo, retomar las once horas de comparecencia de Aznar –eso sí, sin Aznar– en 59 segundos. Sin el truco del micrófono que se esconde, acudieron al plató de la primera cadena estatal Gaspar Llamazares (IU), Jordi Jané (CIU), Manuel Atencia (PP) y Antonio Hernando (PSOE). Posteriormente los políticos cedieron su espacio a los periodistas; en concreto, a Pedro Jota Ramírez, director de El Mundo; a Fernando Rodríguez Lafuente, subdirector de ABC, y a los comentaristas Carlos Carnicero y Enric Sopena. Entonces volvió el micro que se esconde.