L D (EFE) Así lo anuncia el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, en una entrevista con Efe, en la que explica las líneas generales de esa nueva norma que deberá estar lista "a lo largo de 2005" y que el Ministerio quiere que sea una ley "corta y clara" y "muy pactada con libreros, editores y distribuidores".
Rogelio Blanco señala que en la futura ley se quiere establecer "el precio fijo del libro sin exclusiones", ya que se ha comprobado que la solución adoptada por los anteriores gobiernos del Partido Popular de permitir descuentos libres, aunque con limitaciones, para los manuales de texto "no ha sido favorable", entre otras razones porque "castiga duramente a las librerías". "La librería es un ente vinculado a la vida del barrio, y su pérdida no sólo afecta al empleo o a los pequeños negocios sino que atañe a la libertad de expresión y a la creatividad. Su destrucción potencia también la de las pequeñas y medianas editoriales", añade el director general.
Rogelio Blanco señala que en la futura ley se quiere establecer "el precio fijo del libro sin exclusiones", ya que se ha comprobado que la solución adoptada por los anteriores gobiernos del Partido Popular de permitir descuentos libres, aunque con limitaciones, para los manuales de texto "no ha sido favorable", entre otras razones porque "castiga duramente a las librerías". "La librería es un ente vinculado a la vida del barrio, y su pérdida no sólo afecta al empleo o a los pequeños negocios sino que atañe a la libertad de expresión y a la creatividad. Su destrucción potencia también la de las pequeñas y medianas editoriales", añade el director general.
Contra las grandes superficies
Las grandes superficies, que son las que mayores descuentos aplican, "hacen una labor muy importante de venta de libros, pero tienen que jugar en sana competencia y no perjudicar a las librerías", asegura Blanco, para quien la repercusión de los grandes almacenes en el sector del libro "es mucho más grave" que en otros ámbitos comerciales, "porque el libro es algo más que un código de barras. Detrás de ese código estamos hablando de libertad de pensamiento y de creación". "La situación requiere medidas, y aunque sabemos que una Ley del Libro no va a subsanar todos los problemas, sí ayudará a paliar este déficit dado que muchas librerías garantizan su balance comercial gracias a las campañas de libros de texto y de Navidad", agrega.
No obstante, el director general aclara que la ley mantendrá ese "descuento mínimo" que ahora se hace en ferias y fechas simbólicas como el 23 de abril, Día del Libro. El Ministerio pretende también que la ley subsane "algunos errores o abusos que se están produciendo" por parte de ciertas "seudoeditoriales que surgen, crecen y desaparecen y que garantizan al autor -que se paga su propio libro- una tirada y distribución que después no son tales. Es lo que yo suelo llamar 'tocomocho' editorial".
En cuanto al deseo de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, de que los libros, y otros productos culturales, cuenten con un IVA muchos más reducido del que tienen ahora, Blanco señala que dependerá de lo que decida la Unión Europea en este sentido.
La ley que prepara Cultura contendrá asimismo medidas para promocionar la lectura, y en ese sentido se procurará "incluso llegar a exenciones fiscales para aquellas entidades que fomenten la lectura y apoyen la construcción de bibliotecas", señaló Blanco. Como en la mayoría de los casos la gestión de bibliotecas está transferida a las Comunidades Autónomas, la nueva Ley del Libro sólo contendrá "una declaración de principios" en este capítulo y tratará de "estimular" a los gestores, "pero ninguna comunidad se va a manifestar en contra", dijo Blanco.
Las grandes superficies, que son las que mayores descuentos aplican, "hacen una labor muy importante de venta de libros, pero tienen que jugar en sana competencia y no perjudicar a las librerías", asegura Blanco, para quien la repercusión de los grandes almacenes en el sector del libro "es mucho más grave" que en otros ámbitos comerciales, "porque el libro es algo más que un código de barras. Detrás de ese código estamos hablando de libertad de pensamiento y de creación". "La situación requiere medidas, y aunque sabemos que una Ley del Libro no va a subsanar todos los problemas, sí ayudará a paliar este déficit dado que muchas librerías garantizan su balance comercial gracias a las campañas de libros de texto y de Navidad", agrega.
No obstante, el director general aclara que la ley mantendrá ese "descuento mínimo" que ahora se hace en ferias y fechas simbólicas como el 23 de abril, Día del Libro. El Ministerio pretende también que la ley subsane "algunos errores o abusos que se están produciendo" por parte de ciertas "seudoeditoriales que surgen, crecen y desaparecen y que garantizan al autor -que se paga su propio libro- una tirada y distribución que después no son tales. Es lo que yo suelo llamar 'tocomocho' editorial".
En cuanto al deseo de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, de que los libros, y otros productos culturales, cuenten con un IVA muchos más reducido del que tienen ahora, Blanco señala que dependerá de lo que decida la Unión Europea en este sentido.
La ley que prepara Cultura contendrá asimismo medidas para promocionar la lectura, y en ese sentido se procurará "incluso llegar a exenciones fiscales para aquellas entidades que fomenten la lectura y apoyen la construcción de bibliotecas", señaló Blanco. Como en la mayoría de los casos la gestión de bibliotecas está transferida a las Comunidades Autónomas, la nueva Ley del Libro sólo contendrá "una declaración de principios" en este capítulo y tratará de "estimular" a los gestores, "pero ninguna comunidad se va a manifestar en contra", dijo Blanco.