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CATORCE HERIDOS, ENTRE ELLOS UN NIÑO DE SEIS AÑOS

(12-08-04) Camacho habla del terrorismo callejero como "una forma desagradable de divertirse"

Los ataques que este miércoles protagonizaron los proetarras en las calles de San Sebastián, en plena Semana Grande, no son para el secretario de Estado de Seguridad un nuevo episodio de terrorismo callejero. Antonio Camacho dice que sólo es una “forma muy desagradable de divertirse” que no responde a un "plan previo organizado". Los alevines de ETA, una treintena, siguieron la táctica con la que durante años han intentado imponer el terror en el País Vasco. Desde el PP, Ángel Acebes exige una rectificación.

L D (Agencias) El secretario de Estado de Seguridad no cree que los incidentes registrados el miércoles en el centro de San Sebastián supongan un repunte del terrorismo callejero, ya que piensa que no respondieron a un plan previo organizado.
 
El que fuera presidente de la Unión Progresista de Fiscales prefiere hablar de "una forma muy desagradable de divertirse". En declaraciones a la agencia Europa Press, ha explicado que los incidentes en los que resultaron heridas catorce personas, entre ellas un niño de seis años son "sucesos que desgraciadamente suelen ser habituales coincidiendo con las fiestas de determinadas ciudades, pero que no creo que respondan a un rebrotamiento de la kale borroka". Sus declaraciones recuerdan a la forma en la que Xabier Arzalluz bautizó a los alevines de ETA: "los chicos de la gasolina".
 
Camacho basa su afirmación en que no parece que los incidentes fuesen producto de "una actitud previamente organizada y ejecutada con un plan previo. Se trata de una forma muy desagradable de divertirse pero no más que eso", insistió.
 
Camacho ha pasado por alto que los proetarras siguieron paso a paso la táctica empleada en otros casos. Perfectamente organizados para evitar detenciones, provocan destrozos en el mobiliario urbano y cuando acude la Policía autonómica la reciben con una lluvia de artefactos incendiarios y cohetes pirotécnicos. En los últimos dos años, estos incidentes protagonizados por los proetarras, que en su mayoría terminan por dar el paso a ETA, habían desaparecido prácticamente de las calles del País Vasco ante el cerco judicial y político a ETA-Batasuna.
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