L D (EFE) Ese día, la canasta de siete tipos de calidades de crudo sobre la que se calcula el barril (de 159 litros) de la OPEP batió por primera vez el récord de 38,94 dólares que había registrado el 28 de septiembre de 1990, durante la invasión de Kuwait por Irak. Ya hace dos meses, en su Informe mensual sobre el Mercado de Petróleo, la propia OPEP calificó de "inimaginable" el alto nivel que llegó a alcanzar en mayo el precio de su crudo (en torno a los 38 dólares).
La organización, fundada en 1960 en Bagdad, no había vivido nunca una carrera alcista como la actual. En marzo de 2000, tras lograr con fuertes recortes de su oferta recuperar su cotización, que había caído a menos de 10 dólares a principios de 1999, el Consejo de Ministros de la OPEP estableció la llamada "banda de precios", una horquilla de fluctuación limitada entre un mínimo de 22 dólares y un máximo de 28. El objetivo de esa medida fue estabilizar el precio de la "cesta-OPEP" en una media anual de 25 dólares, meta que alcanzó en los años siguientes mediante aumentos y recortes de las cuotas de producción de sus países miembros cuando la cotización se salía de los límites establecidos.
Pero desde principios de diciembre pasado, aunque el grupo mantiene la misma banda de precios, la "cesta-OPEP" no ha cotizado ni un sólo día por debajo de los 28 dólares, pese a que los productores han abierto al máximo sus espitas y venden todo el crudo que pueden.
Tras la entrada en vigor del último incremento de la oferta pactado por los ministros de la OPEP, la cuota oficial de producción de diez de los países miembros (todos menos Irak) es actualmente de 26 millones de barriles diarios (mb/d), techo superado en más de 2 millones por el bombeo real del grupo. Con Irak, la OPEP produce hoy unos 30 mb/d, el nivel más alto desde 1979, según el presidente de turno de la organización, el indonesio Purnomo Yusgiantoro.
La organización se halla en una encrucijada: el último aumento de su oferta (que fue del 10 por ciento), aunque frenó en junio el encarecimiento del crudo, contribuyó en sí mismo a la carrera alcista, pues dejó a los productores sin margen de maniobra para afrontar nuevas necesidades del mercado. "Es muy reducida la capacidad ociosa de la OPEP", dijo en Viena Ehsan Ul-Haq, analista de la consultora PVM, al aludir a los barriles adicionales con los que cuenta la organización para responder de forma rápida a un eventual corte de los suministros. Prácticamente sólo Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, puede bombear más petróleo, y en estos meses dispondrá de entre 600.000 y 800.000 barriles diarios adicionales gracias a la apertura de dos nuevos yacimientos. Pero, con todo, estimó, la OPEP "podría como máximo" elevar en total su producción en 1,5 mb/d, volumen mínimo si se tiene en cuenta que es menor al bombeo del gigante petrolero Yukos (1,7 mb/d), cuyo enfrentamiento con la Fiscalía rusa mantiene en vilo a los mercados mundiales del petróleo.
Además de la crisis de Yukos, los suministros de crudo se ven amenazados por la creciente violencia en Irak y otros países de Oriente Medio, a lo que se suma la incertidumbre sobre el futuro político de Venezuela, que el próximo domingo celebra un referéndum sobre la permanencia de su presidente, Hugo Chávez, en el poder, así como los conflictos étnicos y sindicales en Nigeria.
Mientras, la Agencia Internacional de la Energía pronostica para 2004 el mayor crecimiento de la demanda en las dos últimas décadas, impulsado por la recuperación económica en EEUU y las necesidades de energía de China y otras naciones asiáticas. "Sólo a fines de 2005 la OPEP estará en condiciones de aumentar de forma considerable su oferta", vaticinó Ul-Haq.