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Rajoy pide el voto "de la ilusión" mientras Zapatero y Llamazares insisten con el "no a la guerra"

Con un mitin en Santiago de Compostela, Mariano Rajoy dio comienzo a la campaña pidiendo el voto "de la ilusión" y recordando que llega con "la energía de quien emprende una nueva etapa", pero también con la "experiencia" de los ocho años de gobiernos del PP. Por su parte, Zapatero abrió la campaña del PSOE en Madrid, con un mitin que inició glosando el "ejemplo cívico" de quienes se opusieron a la guerra de Irak. En términos similares empezó la campaña de IU, con Llamazares gritando "no a la guerra".

L D (Agencias) Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero abrieron sus respectivas campañas a medianoche, el primero en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, y el segundo, en el Palacio de Congresos de Madrid. Gaspar Llamazares inició su campaña como Zapatero, también en Madrid.

Esta cita electoral supone el debut como cabezas de lista a unas generales de los tres candidatos, que se estrenan en las novenas elecciones generales de la reciente historia democrática española. La pugna electoral costará 11,4 millones de euros al PP; 10,5 millones al el PSOE; y 6 millones a IU.
 
Mariano Rajoy, que estuvo acompañado por su esposa, Elvira Fernández Balboa, y por el presidente del PP de Galicia, Manuel Fraga, dijo en su primer mitin oficial en la campaña electoral que los candidatos del Partido Popular "nos presentamos con la ilusión y con la energía de quien emprende una nueva etapa, pero también con la experiencia y los conocimientos de quienes hemos tenido la responsabilidad de gobernar España durante los últimos ocho años".
 
En apenas cinco minutos de discurso, Rajoy pidió el voto "de la ilusión, el optimismo, la esperanza, de futuro" para, entre todos, construir una España "abierta, tolerante, libre, próspera y solidaria", que "nos está esperando y a la que no queremos renunciar". Ante más de 15.000 personas, Mariano Rajoy afirmó que, ante la responsabilidad que supone presentarse a las elecciones, su única preocupación es que un día "pueda decirme y decirle a mi hijo que he hecho algo para que España sea un país mejor".
 
Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero sustituyó la pegada de carteles por un mitin en el que se presentó la sintonía electoral del PSOE y un vídeo de propaganda. Vestido de negro riguroso y con un leve cambio en el habitual aleteo de su mano derecha, que giró mostrando la palma hacia arriba, cuando siempre suele moverla de arriba abajo con la palma apuntando hacia su cuerpo, Zapatero empezó agradeciendo la presencia de miembros de la plataforma "Cultura contra la guerra", a quienes se refirió como un "ejemplo de coraje cívico".
 
A continuación, y en un largo discurso, el líder del PSOE enumeró los ejes de su campaña: impulsar la cultura, fortalecer la educación pública, dar un giro a la política exterior española, luchar contra la "especulación" en la vivienda y fomentar las políticas sociales. El líder socialista se vio como ganador al afirmar que "el poder no le va a cambiar" y subrayó que, aunque el PP va a tratar de desanimarles "con su poder", dijo que "vamos a estar fuertes, convencidos, con la mirada limpia y con un proyecto para cambiar España y avanzar" porque hace falta un Gobierno, según él, que no divida y "se apropie de la unidad de España".

Por cierto, el marketing entró de lleno en la campaña socialista, según informó la Cadena COPE. El PSOE no hace regalos a sus simpatizantes, sino que se los vende. Las camisetas de “ZP”, a 5 euros; las gorras, a 3.
 
En el caso de Gaspar Llamazares, la campaña de Izquierda Unida se inició como ya hizo en las elecciones madrileñas del pasado mes de mayo, con un acto festivo en la Sala Copérnico. La coalición de izquierdas presentó su himno, precisamente a ritmo de habanera, y Llamazares empezó su discurso igual que Zapatero, agradeciendo su esfuerzo a los que se opusieron a la guerra de Irak, y gritando "no a la guerra".
 
Llamazares, que empezó a hablar antes de la medianoche y fue el último en terminar –posiblemente para captar los minutos residuales en televisiones y emisoras de radio– también aprovechó para criticar al PP por no acudir a la manifestación de Barcelona, y aludió a Rajoy por decir que el acto no era para rechazar a ETA, sino para arropar a Carod-Rovira. En este contexto, el líder de IU opinó que "el PP es un partido sectario, porque se cree en posesión de la verdad".

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