LD (Agencias) Después de la reunión celebrada este miércoles en Argel con el presidente Abdelaziz Buteflika y sus principales consejeros, Baker declaró escuetamente que el encargo recibido del secretario general de la ONU, Kofi Annan, es buscar con las partes en litigio una solución basada en la última resolución del Consejo de Seguridad. Las autoridades argelinas fueron más explícitas, y al concluir la entrevista entre Baker y Buteflika hablaron de un “nuevo plan” del antiguo secretario de Estado norteamericano para resolver este viejo conflicto, permitiendo al pueblo del Sahara Occidental pronunciarse sobre su destino.
La resolución 1429 del Consejo de Seguridad votada en julio del año pasado pide a Baker que busque una solución “basada en el derecho a la autodeterminación”, y fue interpretada en esos momentos por los independentistas saharauis como un apoyo a la tesis del referéndum. Buteflika mostró, incluso, cierto optimismo al insistir en que Argelia apoya todos los intentos de Baker de romper el nudo gordiano en que se ha convertido este conflicto, que se prolonga desde hace más de 25 años, por el futuro de la antigua colonia española.
La celebración de un referéndum de autodeterminación “libre y sin presiones”, inscrito en el plan de paz de la ONU aceptado hace años por Marruecos y el Polisario, se enmarcaba en la última proposición de Baker como una etapa posterior al “acuerdo marco” consistente en dar una mayor autonomía al territorio, pero reconociendo la soberanía marroquí. En septiembre de 1997, el mismo Baker reunió en Houston (EEUU) a saharauis y marroquíes, llegando con ellos a un acuerdo para continuar el proceso de identificación del cuerpo electoral que debía pronunciarse sobre la integración del Sahara Occidental a Marruecos o la independencia de este territorio. La fecha del referéndum, prevista para el 7 de diciembre de 1998, tuvo que posponerse de nuevo cuando la comisión de identificación de electores, formada por la ONU, recibió de Marruecos unas 120.000 impugnaciones de presuntos electores.
La resolución 1429 del Consejo de Seguridad votada en julio del año pasado pide a Baker que busque una solución “basada en el derecho a la autodeterminación”, y fue interpretada en esos momentos por los independentistas saharauis como un apoyo a la tesis del referéndum. Buteflika mostró, incluso, cierto optimismo al insistir en que Argelia apoya todos los intentos de Baker de romper el nudo gordiano en que se ha convertido este conflicto, que se prolonga desde hace más de 25 años, por el futuro de la antigua colonia española.
La celebración de un referéndum de autodeterminación “libre y sin presiones”, inscrito en el plan de paz de la ONU aceptado hace años por Marruecos y el Polisario, se enmarcaba en la última proposición de Baker como una etapa posterior al “acuerdo marco” consistente en dar una mayor autonomía al territorio, pero reconociendo la soberanía marroquí. En septiembre de 1997, el mismo Baker reunió en Houston (EEUU) a saharauis y marroquíes, llegando con ellos a un acuerdo para continuar el proceso de identificación del cuerpo electoral que debía pronunciarse sobre la integración del Sahara Occidental a Marruecos o la independencia de este territorio. La fecha del referéndum, prevista para el 7 de diciembre de 1998, tuvo que posponerse de nuevo cuando la comisión de identificación de electores, formada por la ONU, recibió de Marruecos unas 120.000 impugnaciones de presuntos electores.